Como la vida misma

El otro día

El otro día (2012) está pensado desde una mirada sumamente casera del cine. Plantea al dispositivo como un integrante más de la casa y no como un intruso que espía. Es no sólo un medio para expresar sino también para generar introspección y reflexión. Por eso es que algunas partes se aletargan y es allí cuando más peligra el interés en el film, pero no deja de ser un documental interesante pues reivindica las muchas bondades del cine independiente y, sobre todo, del de bajo presupuesto.

El otro día
domingo 14 de abril de 2013
Ignacio Agüero nos presenta su vida desde su propia casa de Santiago de Chile. Si bien él apenas se permite aparecer frente cámara, como escapándole, es su voz y su recorrido los que van conformando la película. Como si de un reality show se tratase, Agüero filma a la gente que por distintas razones se presenta en su casa: personas que piden limosna, el cartero de la zona, la barrendera de la cuadra, una joven que le acerca su currículum. Aunque algo sorprendidos, todos ellos serán invitados a ser parte de este film, desde la cordialidad, la curiosidad, el respeto y las buenas intenciones.Si bien el realizador se presenta como un ser muy accesible, generoso con la gente, carismático en su hablar, hay algunas partes que parecen concebidas como registros caseros y no tanto para ser exhibidos frente al público. Pasan largos segundos, por ejemplo, que la cámara enfoca una foto del año 1945 de sus padres besándose. O bien, la cámara se posa en los pájaros trinando, o en su gato, o en los muebles de su patio.  Hay una intención contemplativa que constantemente se ve interrumpida por el timbre: el afuera entonces se hace parte del film cuando la gente llega a su casa por razones diversas.Esta propuesta experimental del director chileno también posee su sesgo sociológico, porque a cada persona que toca su timbre él les pide que lo reciban en sus casas. Y hasta cada dirección se acerca Agüero con su cámara para ver, preguntar y saber qué hace y cómo vive esa gente: muchos tienen una historia, más de una también, y algunas de tonos grises: vidas de lucha y miseria o de pérdidas y tristezas. El director también tiene su propia historia, que es también la de su país y la de todas las personas que podrían llegar a tocarle el timbre de su casa alguna vez.Por momentos nostálgica, por otras un poco extraña, Agüero deja que en su película entre su cotidianeidad, y si esta trata de mirar a su gato, a sus libros o a una foto, esto necesariamente debe registrarse.
6.0
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