Sangre, tripa y corazón

Apocalipsis zombie

Apocalipsis zombie (ZMD: Zombie of mass destruction, 2009) de Kevin Hamedani tiene buenas intenciones pero se queda a medio camino. La opinión de la sociedad estadounidense sobre la homosexualidad y el terrorismo son tratados de manera muy superficial y no llegan a mostrarse como una crítica.

Apocalipsis zombie
miércoles 31 de octubre de 2012
Por un lado tenemos a Frida que regresa a su hogar en Port Gamble para ayudar a su padre iraní dueño de un restaurant. Por otro lado, Tom Hunt, un corredor de Wall Street, vuelve al pueblo que lo vio crecer junto con su novio Lance para confesarle a su madre que es gay. Ambas situaciones se ven alteradas cuando un virus zombi es esparcido por terroristas.El género zombi sufrió una transformación en el siglo XXI de la mano de títulos como Muertos de risa (Shaun of the dead, 2004) de Edgar Wright y Tierra de Zombies (Zombieland, 2009) de Ruben Fleischer. Ambas parodias del género que popularizó George A. Romero cuentan historias simples, con personajes comunes que ven alterada su vida con la llegada de los muertos vivos.Hamedani trató de seguir ese camino pero no lo logró. Si bien puede alegarse que se debe a la falta de presupuesto, hay ciertas fallas técnicas que podrían haberse superado. La excesiva luz en algunas escenas y la falta de ella en otras dan como resultado un montaje confuso y desigual.A esto debemos sumarle la enorme cantidad de gags que poco tienen que ver con la interrupción de los zombis en la vida cotidiana y que, pudiendo ser una crítica a la sociedad estadounidense, se queda en una sucesión de chistes muy flojos y obvios.En síntesis, Apocalipsis zombie contiene una buena dosis de sangre pero nada más. El director no ahorró recursos a la hora de mostrar a los muertos vivos y los destrozos que hacen pero se quedo a medio camino entre la crítica y la comedia de situación.
4.0
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