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Crítica de "Beginners: Así se siente el amor", de Mike Mills, sólo se trata de vivir

De vez en cuando surgen películas que intentan representar a los seres humanos y declaran ese intento en lugar de enmascararlo. "Beginners: Así se siente el amor" (Beginners, 2010) se ubica en ese lugar, espacio, limbo, que sólo lo descubren algunas obras.

Crítica de "Beginners: Así se siente el amor", de Mike Mills, sólo se trata de vivir
jueves 02 de febrero de 2012

Ninguno de sus diálogos busca profundidad a pesar de su tono intimista. Las imágenes se intercalan de un modo subjetivo más que cronológico y se invita al espectador a desacomodarse, y a sentir más que a entender.

Oliver (Ewan McGregor), un diseñador gráfico que está llegando a los cuarenta años, es quién por medio de la voz en off irá hilvanando las imágenes del film. El presente desde el cual se posiciona el protagonista es unos meses después de la muerte de su padre Hal. Este será la otra figura importante de la película. Un impecable Christopher Plummer quien a sus 75 años le declara a su hijo su homosexualidad y su decisión de renacer y disfrutar sus últimos años como nunca pudo: junto a su actual pareja, Andy, un hombre mucho menor que él.

La mirada de Oliver sobre su padre se fusiona con su propio renacer pero en el amor, cuando conoce a Anna (Mélanie Laurent), una joven actriz que despertará en él emociones y situaciones olvidadas. Oliver estará siempre acompañado por Arthur, el Jack Russel de su padre, quien en lugar de ladrar dialoga con su dueño y hasta lo aconseja.

Claramente que el título original de la película pretende jugar con la ambigüedad. La inexperiencia, el desconocimiento, el asombro, la virginidad, son cualidades de quienes se reconocen como principiantes. Pero en general dicha categoría está ligada a alguna actividad particular. En este film dicho mote se aplica a los propios protagonistas, quienes en plena adultez vuelven a ser principiantes en la vida, cuando para muchos ya se pasó ese momento. Si bien aquí el tema del amor condensa gran parte de estos nuevos comienzos, la idea de Beginners: Así se siente el amor es mostrar un extrañamiento más profundo aún. Cuando todo lo conocido parece evanescerse de a poco y las nuevas experiencias se presentan como extrañas, irreconocibles, pero aún agradables.

Lo llamativo de esta película también es su estructura: muchas imágenes son los recuerdos de Oliver, su manera personal de escenificarlos, y esas imágenes se repiten a lo largo del film. Con los momentos de la infancia con su madre y su padre aparecen fotos que remiten a la historia mundial de los años que nombra. Como si se fueran armando pequeños relatos dentro de un gran relato, el mundo de Oliver adquiere una consistencia muy propia, muy personal. Y mientras ese pasado se convierte en un síntoma, la aparición de Anna resuena en su vida como un futuro a ser llenado de imágenes que no se presentan fácilmente. 

A pesar de no haber sido estrenada en cines, vale la pena que un film como Beginners: Así se siente el amor logre ser difundido. Porque viene a llenar un espacio al que otros films no pretenden asomarse. Donde la historia no es el fin sino el medio para armar un relato particular, por momentos gracioso y lleno de angustias e inseguridades… como la vida misma.

8.0
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