¿Fidelidad al país o a la fe religiosa?

Traidor

Traidor es una película que combina elementos de acción y espionaje, donde se pone de manifiesto aquel viejo cliché del cine de suspenso, el cual advierte que “no todo es lo que parece”. El espectador percibirá que la historia no es fiel a como se la cuentan e irá deduciendo las piezas de ajedrez inmersas en este oscuro mundo de terroristas versus fuerzas policiales, movilizados por motivaciones personales, intereses políticos y creencias religiosas extremas.

Traidor
martes 08 de septiembre de 2009
Jeffrey Nachmanoff compone un thriller que parte de una idea original de Steve Martin (sí, el cómico) que presenta a Don Cheadle (preso de la contradicción de su personaje) en el papel de Samir, un sudanés de origen americano, ex soldado que se dedica a suministrar bombas a los terroristas, una pieza clave de la organización y a la vez blanco de una investigación policial. En el otro bando el peso actoral recae sobre el agente Clayton -interpretado por un desdibujado Guy Pearce- líder de un conjunto de agentes del FBI con la misión de desmantelar la organización terrorista.Existe un antes y un después en las películas sobre terrorismo y el interés que éstas generan en el publico, un punto de inflexión que se genera a nivel mundial luego del ataque a las Torres Gemelas en Nueva York. Lanzada al circuito comercial casi en forma paralela a la mejor lograda Red de Mentiras (Body of Lies, 2008) de Ridley Scott, Traidor es un exponente cinematográfico que se suma a esta ola de películas sobre servicios secretos contra el terrorismo puestos de moda hoy en dia, como las contemporáneas Syriana (2005) de Stephen Gaghan, Atrapa el Fuego (Catch a Fire, 2006) de Phillip Noyce o El Sospechoso (Rendition, 2007) de Gavin Hood. Sin dudas un cine con implicancia actual a nivel socio político y no ajeno a polémicas para un mercado globalizado que compra esta oferta de forma masiva.Este debutante director, guionista de El Día Después de Mañana (The Day After Tomorrow, 2004), aquel film apocalíptico que dirigiera Roland Emmerich, nos brinda un thriller que pretende ser a la vez aleccionador y espectacular, siendo deficiente en ambos aspectos. El film trata de mostrarnos por dentro los núcleos terroristas islamistas y las fuerzas contraterroristas estadounidenses en lucha, desde la perspectiva de un infiltrado, poblando al guión de todos las variantes ideológicas, religiosas y morales que considera imprescindibles a la corrección política que pregona, a medida que va desglosando los tópicos mas reconocibles del género: infiltrados, organizaciones terroristas, familias en crisis y honestos policías que nutren esta trama. En cuanto a las escenas de acción, la proporción de las mismas no tiene nada que envidiarle a los grandes tanques norteamericanos, aunque en términos de entretenimiento, tensión y nervio, es escaso el aporte creativo de su realizador. La historia se desarrolla a lo largo de variados escenarios que resultan creíbles y constantes cambios de locaciones geográficas aportan al desarrollo del film algo de interés y dinamismo bien dosificados, aunque vale decir, la corrección en los rubros técnicos (donde se destaca la fotografía) no alcanza para contrarrestar una narrativa no demasiado depurada.El film, una vez que termina de descubrir la verdadera identidad de su protagonista, nos adentra en la disyuntiva de ese hombre que tiene que elegir entre la fidelidad a su país y su fe religiosa. Un acento dramático que podría haber sido abordado con mayor hondura y que encuentra, por el contrario, una resolución mediocre cuyo mensaje radica en la moraleja que intenta en vano disimular: un buen musulmán en debate consigo mismo que sacrifica a los suyos por lo que cree correcto y leal para su patria, en busca del equilibrio perdido del bien por sobre el mal. Justamente, dice el dicho que el que avisa no traiciona, pero los responsables de este film pecan por ser notoriamente previsibles y políticamente correctos.
4.0
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