Crítica de "Italpark": Juan Carlos Domínguez y un viaje nostálgico por la memoria colectiva de un país

Desde sus inicios en la década de 1960, el Italpark se convirtió en un símbolo de diversión y emoción para personas de todas las edades y clases sociales. Domínguez logra capturar la esencia de ese lugar mágico utilizando una combinación de imágenes de archivo, animaciones 3D y entrevistas a diversas personas relacionadas con el parque.

A través de las entrevistas a antiguos empleados, visitantes, coleccionistas y fanáticos, se revelan historias fascinantes que muestran la profunda conexión emocional que muchas personas tenían con el parque emplazado en Libertador y Callao. Desde los desafíos que enfrentaban los trabajadores hasta las travesuras de los jóvenes que se escapaban de la escuela para disfrutar de sus atracciones, cada relato contribuye a pintar un retrato completo y vívido del Italpark.

El documental también destaca la evolución del parque a lo largo de las décadas, desde sus atracciones más icónicas de los años 70 hasta el cambio de ambiente durante los años 80, marcado por los animatrónicos y la estética chiclosa de la época. Sin embargo, a medida que avanza la narrativa, también se revela el triste declive del llamado "Disney argentino" durante el período del menemismo, un final solitario para lo que alguna vez fue un símbolo de la cultura y el entretenimiento nacional.

Italpark no es simplemente un documental sobre un parque de diversiones; es un viaje emocional que captura la esencia de una época pasada y el impacto que un lugar puede tener en la memoria colectiva del país.