25 BAFICI - Noches Especiales
Crítica de "Sola en el paraíso": Justina Bustos y un rodaje frustrado en tiempos de pandemia
"Sola en el paraíso" (2024), la ópera prima documental de Justina Bustos, co-dirigida por Victoria Comune y producida por Comunidad Orsai, nos sumerge en una narrativa envolvente y evocadora que va más allá de ser simplemente una historia sobre la pandemia.
La trama sigue los pasos de la joven actriz nacida en Córdoba que, en medio de la pandemia, se embarca en un viaje a las paradisiacas Islas Mauricio en África para participar en el rodaje de una película. Sin embargo, su llegada se ve empañada por un resultado positivo en la prueba de COVID-19, lo que la lleva a ser confinada en una base militar transformada en hospital. Lo que al principio parece ser un contratiempo insignificante, se convierte en un viaje emocional que desafía las certezas de Justina y la lleva a enfrentarse a sus propios miedos y vulnerabilidades.
Narrada en forma de diario autobiográfico, Sola en el paraíso profundiza en el encierro generado por la pandemia con una sensibilidad notable. Explora la transformación de la precaución en sufrimiento y la sensación de seguridad en pánico con una perspicacia poco común, revelando así los efectos psicológicos y emocionales del aislamiento forzado en las personas.
La película va más allá de la narrativa sobre el COVID-19 para convertirse en un estudio profundo sobre la condición humana. Los segmentos teatrales o imágenes de archivo intercalados que reconfiguran el presente o evocan el pasado añaden complejidad y reflexión a la historia. A veces, incluso logran suscitar una sonrisa, proporcionando un distanciamiento oportuno que enriquece la experiencia sin perder la autenticidad.
En su esencia, Sola en el paraíso es mucho más que una película sobre la pandemia. Es un viaje reflexivo que nos lleva a explorar el aislamiento, la incertidumbre y la resiliencia humana en momentos de adversidad.
