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Crítica de “Drácula: Mar de sangre”, el origen del tenebroso conde

Una nueva adaptación de la clásica novela gótica de Bram Stoker nos propone un auspicioso desafío: conocer el inicio del vampiro a través de los diarios del capitán del barco que lo trasladaba.

viernes 05 de abril de 2024

Siempre que los clásicos de la literatura son llevados a la gran pantalla, el margen de error termina siendo ínfimo. Las miradas están más atentas y los dedos más punzantes a la hora de señalar. “Drácula”, aquella novela publicada en 1897, narra la aventura de Jonathan Harker, un joven abogado inglés que viaja a Transilvania para asistir al conde en la compra de una propiedad en Inglaterra.

El origen del misterioso vampiro, el cómo llegó a Transilvania, se deja entrever a partir de cartas y diarios de los distintos personajes. Drácula: Mar de Sangre (The Last Voyage of the Demeter, 2023) aprovecha esa información adaptando el séptimo capítulo del libro de Stoker y crea su propia perspectiva gracias a los escritos del capitán.

Las adaptaciones cinematográficas de este icónico vampiro, por solo citar las más influyentes, van desde Nosferatu en 1922, pasando por la obra de Tod Browning en 1931 y la cinta de Francis Ford Coppola en 1992. En este nuevo largometraje, su título original revela lo que va a suceder. “El último viaje del Deméter”, fiel a la traducción directa en español, relata el traslado de la goleta rusa Deméter desde Varna, lugar donde recogen un extraño cargamento, hasta Londres. Sin sospecharlo, ese paquete les va a traer graves problemas tanto al capitán como a toda la tripulación.

Sus pesadas dos horas de duración se desarrollan casi en la totalidad dentro de un barco. El terror de estar en medio de una navegación, rodeados de agua y sin escape, alimenta la sensación de ahogo y encierro. La construcción de los escenarios nos remontará a las osadías lúgubres de la serie Juego de tronos (Game of Thrones, 2011-2019) aunque, lejos de emular la emoción, solo es una simulación superficial. Drácula: Mar de sangre podría resultar una buena opción para los amantes del terror, siempre y cuando éstos sean pacientes y disfruten también del cine fantástico de aventuras.

Como una precuela del conde Drácula, este largometraje promete ser un punto de partida para construir un nuevo universo sobre el vampiro. Sin grandes estrellas al frente (en un momento, Viggo Mortensen, Noomi Rapace y Ben Kingsley la iban a protagonizar), el elenco se compone por Corey Hawkins (Letras explícitas), Aisling Franciosi (La innegable verdad), Liam Cunningham (Juego de tronos) y David Dastmalchian (Oppenheimer).

Dirigida por un experto en el género como André Øvredal (Historias de miedo para contar en la oscuridad), y con el regalo de escuchar una banda sonora compuesta por Thomas Newman (Belleza americana), Drácula: Mar de Sangre expone fantasía, pero escasea en terror. Sin dudas, encontrarse con una versión de Alien dentro de un barco podría resultar auspicioso, aunque, en este caso, el guion no acompaña y confunde. Atrapada en su propia esencia y perdiendo sorpresa al enseñar de manera temprana al bien logrado monstruo, la cinta dejará entusiasmados a los fans de Stoker, Lugosi y compañía, pero no le alcanzará para conmover al masivo y moderno público.

5.0
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