Crítica de "Recursos Humanos": Jesús Magaña Vázquez adapta una comedia oscura en el ámbito laboral

Con un elenco destacado de figuras, Gabriel Lynch (Pedro de Tavira, En la sangre) es un oficinista muy particular que espera ansioso un ascenso. Sin embargo, deberá lidiar con el nepotismo encarnado por Constantino (Giuseppe Gamba, Después de ti) y Verónica (Juana Viale, Las viudas de los jueves).

Los conflictos en el entorno laboral son moneda corriente, pero personajes como Gabriel surgen rara vez. No solo por su ambición de escalar, sino también por su historia particular, que se desarrolla en algunos flashbacks (aunque no de manera extensa), y su interacción con el resto del personal, que puede ser tan, o incluso más, psicópata que él.

Recursos humanos (2023) no busca reflejar la realidad; al contrario, aspira a ser cómica y cómplice con el espectador, rompiendo continuamente la cuarta pared en un intento de interpelar. Sin embargo, esta estrategia puede distanciarnos un tanto de la trama que intenta narrar. A pesar de ser filmada en blanco y negro sin una justificación aparente, la calidad técnica resulta notable, constituyendo un aspecto favorable.

Los personajes presentan una histrionía intrigante, pero no se llega a comprender completamente sus motivaciones y objetivos reales. Lo que queda claro es que, aunque se muestren con cierta rebeldía, siguen siendo oficinistas y pequeños burgueses en su esencia.

Los enredos amorosos y la búsqueda desesperada de mejora laboral y salarial constituyen el hilo conductor sólido del guión. Sumado a los recursos de montaje, logran suplir algunas de las debilidades anteriormente mencionadas. A pesar de ciertas inconsistencias, Recursos Humanos se erige como una propuesta cinematográfica interesante, respaldada por un elenco destacado y una dirección que, a pesar de sus peculiaridades, aporta a la experiencia general de la película.