Crítica de "El Astronauta": Adam Sandler dialoga con una araña en el espacio

El Astronauta (Spaceman, 2024) comienza con una propuesta similar a Solaris (Tarkovsky, 1972), prometiendo una exploración profunda de la condición humana a lo largo de su desarrollo, pero termina adoptando un tono más cercano a las películas de Spike Jonze al introducir elementos fantásticos como reflejo del conflicto emocional del protagonista.

Jakub (Adam Sandler) lleva seis meses en órbita, sumido en una extrema soledad. Se comunica únicamente con su esposa embarazada (Carey Mulligan) y con sus superiores (comandados por Isabella Rossellini), encargados de coordinar la misión espacial cuyo objetivo es llegar a una enigmática nube que promete revelar secretos para la humanidad. Sin embargo, un día, su esposa sufre un brote y le envía un mensaje que sus superiores deciden ocultarle. Ante la falta de comunicación con ella, Jakub comienza a perder su equilibrio emocional hasta que aparece Hanus (voz de Paul Dano), una araña gigante dentro de su nave con la que entabla un diálogo y reflexiona sobre su vida.

La fortaleza de la película radica en el vínculo entre el humano, al que la araña llama "humano delgado", y Hanus, apodo que Jakub le asigna al arácnido. El insecto del tamaño de un perro desempeña el papel de su conciencia, instándolo a reflexionar sobre su matrimonio. Adam Sandler en un registro “serio” similar a sus papeles en Garra (Hustle, 2022) o Diamantes en bruto (Uncut Gems, 2019) aporta un personaje invadido por la desesperanza, mientras que el diseño de la araña tiene mayor cercanía con lo terrorífico e inanimado para darle forma al conflicto.

Dirigida por Johan Renck a partir de un guión de Colby Day, basado en la novela "Spaceman of Bohemia" de Jaroslav Kalfar (2017), la película se puede considerar en la línea de Donde viven los monstruos (Where the Wild Things Are, 2009) o Ella (Her, 2013), películas de Jonze que emplean personajes fantásticos para proyectar problemas humanos. Sucede que Jonze le imprime ternura y encanto a sus fábulas existenciales y aquí todo tiene una densidad dramática que no ayuda a sobrellevar el elemento fantástico.

La incógnita principal es si El Astronauta es una genialidad o una tontería. Sin embargo, la simple formulación de esta pregunta sugiere más lo segundo que lo primero. Aunque tal vez no sea completamente ninguna de las dos opciones, sino más bien un intento poco convincente (debido a su falta de carisma y emoción) de abordar temores contemporáneos a través de su fábula galáctica.