Crítica de "Griselda": Sofía Vergara se empodera para convertirse en la 'reina narco'

En el Miami de las décadas de los 70 y 80, Griselda Blanco, una madre de cuatro hijos, inteligente y ambiciosa, se convierte en la mente maestra detrás de uno de los cárteles de drogas más lucrativos de la historia. Su letal combinación de encanto e inesperada ferocidad le permite desenvolverse con maestría tanto en el ámbito familiar como en el empresarial. Estas habilidades la catapultaron a la fama, siendo conocida como la 'Viuda Negra' o 'la Madrina'.

Griselda se adentra en los oscuros territorios de la inmoralidad, corrupción y violencia, presentando una trama en apariencia convencional: una mujer desprovista de conexiones y recursos que encuentra su lugar en el siniestro universo del crimen gracias a su astucia. A pesar de la brutalidad evidente en Griselda, el guion equilibra cuidadosamente su faceta como madre abnegada y mujer empoderada, transformada por la necesidad de sobrevivir en un entorno dominado por hombres.

Creada por Doug Miro, Eric Newman, Carlo Bernard e Ingrid Escajeda, y dirigida por Andrés Baiz, la serie no se limita a relatar eventos, sino que se sumerge en las complejidades psicológicas y sociales que moldearon a esta figura extraordinaria. Desafía las convenciones del género, ofreciendo una perspectiva que resalta la complejidad moral y emocional de Griselda.

A pesar de los esfuerzos por humanizar a Griselda y exponer sus conexiones emocionales, la brecha entre el espectador y las atrocidades perpetradas parece insuperable. Sin embargo, los creadores logran resaltar la ferocidad de su imperio criminal sin caer en estereotipos asociados a mujeres poderosas, contribuyendo con inteligencia y profundidad al desarrollo del personaje.

Sofía Vergara merece reconocimiento por su interpretación única y sorprendente de Griselda. Distante de su papel en Modern Family, lleva al espectador desde una valerosa desvalida hasta una trágica figura con profundidades shakespearianas. La minuciosidad en la caracterización de un personaje multifacético, que abarca roles como asesina, narcotraficante, madre y mujer, aporta significativamente a la profundidad de la historia. A pesar de algunas inconsistencias en el guion, Griselda logra sumergirse con detalle en el complejo entramado del imperio delictivo.

Con una narrativa dinámica y actuaciones persuasivas, Griselda destaca la metamorfosis de una mujer que pasa de ser una presa a convertirse en una depredadora. Aunque enfrenta altibajos, la interpretación de Sofía Vergara sorprende al cautivar con su personaje, generando interés incluso cuando algunos aspectos de la trama no logran la contundencia buscada.