38 MDPFF - Competencia Internacional
Crítica de “UBU”, adaptación de la obra de Alfred Jarry, precursor del teatro del absurdo
Con una estilizada puesta teatral el portugués Paulo Abreu filma “Ubú rey” en un evidente paralelo con los líderes mundiales actuales.
Un estético blanco y negro y un formato 4:3 le dan un acercamiento visual a la versión de Macbeth de Joel Coen con Denzel Washington. Pero solo se trata del preciosismo estético porque aquello que se narra tiene más de farsa que de tragedia, aunque como dijo un sabio alguna vez, ambas están emparentadas en la repetición histórica.
El líder del ejército polaco Ubú (Miguel Loureiro) asesina al rey polaco Venceslao y se queda con el trono, estableciendo así una brutal tiranía. Pelelao, descendiente del anterior monarca, logra huir del exterminio de su familia y busca respaldo del zar de Rusia, quien le otorga el mando de un ejército para recuperar su trono. Mientras tanto, Ubú, ahora rey, aumenta exorbitantemente los impuestos, penalizando a comerciantes de todos los niveles y abusando constantemente de su poder de manera corrupta.
Desde el grotesco UBU (2023) se recuesta en el histrionismo de su protagonista Miguel Loureiro y en varios diálogos excesivos para contraponer la crueldad con la belleza de los planos. Habrá escenas de bailes y ridículas coreografías para subrayar la farsa de un hombre absurdo, obsesionado con el poder, incapaz de tener sensibilidad humana.
La película hace un claro reflejo social de líderes mundiales demenciales entre los que podemos enumerar a Doland Trump, Jaír Bolsonaro o hasta un ascendente Javier Milei. La exacerbación del absurdo pone en relieve los peligros para los pueblos de que estos personajes alcancen el poder y dispongan del destino de todos.
Tal vez con mejores intenciones que resultados Paulo Abreu realiza un film polémico sobre una obra polémica, para que cada quien saque sus propias conclusiones.
