Crítica de "Esquí", Manque La Banca entre la Bariloche superficial y la oscuridad encubierta

A medida que emergen mitos y leyendas desde lo profundo de las placas tectónicas, Esquí destapa lo que no se dice ni se quiere decir, como la lava que fluye bajo la superficie, utilizando la fuerza del techno para dar voz a la otra Bariloche y a las voces que nunca se escuchan. Además, la narrativa profundiza en la temática Mapuche y cuenta con la participación de dos compañeros de Rafael Nahuel, quien falleció en noviembre de 2017 a causa de un disparo realizado por un oficial de la Prefectura Naval durante un operativo de desalojo en la zona del lago Mascardi. Esta muestra revela un estado asesino coherente a lo largo de 500 años.

Lo que diferencia a Esquí de otros documentales es su enfoque experimental. La película rompe con las estructuras narrativas tradicionales y desafía al espectador a sumergirse en un laberinto de imágenes, sonidos y emociones. A través de un montaje innovador y una edición de sonido magistral, el cineasta logra crear una atmósfera inquietante que nos transporta a un universo paralelo, donde las pistas de esquí se convierten en símbolos de poder y dominación.

Pero Manque La Banca va más allá de la simple representación visual y sonora de los acontecimientos para reflexionar sobre el impacto del turismo en la comunidad y cuestionar las narrativas oficiales. Nos confronta con la historia y la realidad de los pueblos originarios, destacando la represión sistemática y la violencia encubierta que han sufrido durante siglos.

Esquí desafía al espectador a adentrarse en un laberinto emocional y sensorial, donde las verdades ocultas emergen con fuerza y nos confrontan con la realidad que se esconde bajo la aparente calma del turismo.