Crítica de “Arnold”, la biopic de Schwarzenegger con la metáfora del alpinista

La metáfora del alpinista es utilizada para contar el sueño americano alcanzado por Arnold Schwarzenegger, el fisiculturista austriaco que rompió todos los moldes y logró el éxito ansiado. Llegar al pico de la montaña será su objetivo y, al alcanzarlo, subir a la cima de la montaña de al lado. De esa manera triunfó primero como atleta, luego como estrella de Hollywood para después incursionar en la política de USA.

Arnold cuenta, cigarro en mano, sus recuerdos de gloria en su mansión estilo austriaco en Estados Unidos mientras pasa un libro de fotografías sobre su vida a sus 75 años. El primer episodio está dedicado a su carrera deportiva como fisiculturista, su anhelo de triunfar, su identificación con Hércules. Su espíritu luchador, entrenando tres veces por día para autosuperarse siempre un poco más, los premios obtenidos en Europa, su viaje a Estados Unidos para competir, ganar torneos y afianzarse en ese país. Siempre con un espíritu narcisista y un culto al cuerpo, al mejor estilo Ricardo Fort.

Una vez obtenidos todos los laureles en la disciplina se obsesiona con el cine. Protagonizar una película será su meta y para eso debe perfeccionar su inglés y tomar algunas clases de actuación. Pero sobre todas las cosas Arnold es empresario, vendió suplementos deportivos y compró bienes raíces en su etapa de fisiculturista, entendiendo cómo funciona un capitalismo que admira desde siempre. Por eso el actor, reconocido Republicano, asegura que con Reagan los Estados Unidos volvieron a ser Estados Unidos. La figura del superhombre del cine de acción que nace en los años 80 le calza como anillo al dedo a su musculoso y trabajado cuerpo.

Conan el bárbaro (1982), Terminator (1984), Comando (1985), Gemelos (1988) son mencionadas desde su gestación hasta su participación en ellas. Su rivalidad con Stallone, el otro astro del cine de acción con quien competía por quien usaba el arma más grande en pantalla, y su manera de convencer a productores y directores de encabezar los proyectos, se narran en esta docuserie. Siempre haciendo hincapié en su espíritu de superación que lo lleva a entrar en la política estadounidense y ser gobernador de California.

Arnold (2023) cuenta las tres etapas de la vida del actor mientras las relaciona con su infancia en Austria, la relación con sus padres y su hermano fallecido. Arnold también es un símbolo del capitalismo, en su discurso superador y en su actitud competitiva, individualista y empresarial. La docuserie combina la biografía del actor con una época de excesos y frivolidad en la historia estadounidense, encarnada por este personaje emblemático de aquel tiempo.