Salas

Crítica de “The Quiet Girl”, producción irlandesa basada en el cuento de Claire Keegan

Se trata del emotivo film irlandés que compartió la terna Mejor Film Internacional en la entrega de los premios Oscar con “Argentina, 1985” y “Sin novedad en el frente”.

lunes 14 de agosto de 2023

Todo es sugerente en The Quiet Girl (An Cailín Ciúin, 2022), basada en el cuento corto Tres luces de la reconocida dramaturga irlandesa. Estamos en la Irlanda rural de 1981 acechada por la crisis económica, un trasfondo que deja huella en las personas y sus vínculos. Entre los pastizales yace el cuerpo de una niña como si fuera un cadáver cuando, de repente, adquiere movimiento y se levanta para responder al llamado de su madre. Como un fantasma Cait (Catherine Clinch) deambula en su humilde hogar mientras sus tres hermanas juegan y su madre, desbordada por la situación, atiende a su hermano menor.

La niña es llevada por su padre en auto a pasar el verano con unos parientes hasta que su nuevo hermano nazca. El juego de contrastes entre la carencia afectiva y la falta de atención de su hogar natal y la casa adonde llega es brutal. Cambio de iluminación, de gestos afectuosos en los vínculos y de ropa, marcan las notables diferencias entre una granja y otra. Junto a Cait accedemos a los secretos de esa veterana pareja que la cría como a una hija propia.

Pero los secretos no tardan en presentarse, anunciados por los silencios recurrentes de la introvertida gente de campo. Lo no dicho adquiere fuerza e irradia una tensión arrolladora al interior del relato. Estamos ante personajes que prefieren callar, contener sus emociones, ocultarlas en vez de expresarse. Intuimos el afecto por los gestos de cariño de los padres sustitutos a la niña (que también sustituye a un tercero) pero que nunca ponen en palabras aquello que sus rostros expresan. La contención de las emociones marcará el tono del relato hasta el final.

Puede pensarse a The Quiet Girl como un gran preámbulo para llegar al significativo desenlace donde se desencadenan las emociones contraídas. Sin embargo, es una película de detalles, pequeñas acciones que sintetizan los ríos de emociones internos de los personajes. La pluma sutil de la autora del cuento es traspuesta con maestría al lenguaje cinematográfico por el director y guionista Colm Bairéad, en un film que hace honor al relato y a la humanidad de sus criaturas con poesía e imaginación visual.

8.0
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