Crítica de “AIR: La historia detrás del logo”, el regreso de Ben Affleck a las grandes ligas

Argo (2012) marcó un precedente al indicarnos lo bueno que es Ben Affleck como realizador. Once años después, el director demuestra que es uno de los más destacados narradores de la actualidad.

AIR: La historia detrás del logo (Air, 2023) nos conduce al año 1984. Allí Michael Jordan era un novato que estaba por ingresar a la NBA para jugar en los Chicago Bulls. Converse y Adidas se peleaban por ser la empresa que le proporcione sus zapatillas deportivas, así como a tantos otros jugadores. En medio de esa disputa, Sonny Vaccaro (Matt Damon), un experto en básquet que trabaja en la Nike de Phil Knight (Ben Affleck), intuye que contratar a Jordan tenía que ser la apuesta más importante que haga la empresa, por más de que se gaste en él todo el presupuesto que tenía asignado. Esta es la historia de cómo un deseo terminó revolucionando el mundo de los deportes, de los negocios y de la cultura contemporánea.

La película representa el reencuentro de la dupla conformada por Ben Affleck y Matt Damon. Los guionistas de En busca del destino (Good Will Hunting, 1997) se vuelven a cruzar delante de cámaras, pero siendo la primera vez que Affleck dirige a su amigo. La química entre ambos resulta maravillosa y son los conductores ideales para una feel good movie tan placentera como divertida que recordará los mejores momentos de Jerry Maguire, seducción y desafío (Jerry Maguire, 1996).

Su escena inaugural puede hacernos sospechar de que estemos en presencia de un infomercial. Sin embargo, luego de los primeros diez minutos eso queda desterrado. La sorpresa es contundente al vernos endulzados por un néctar en dónde queremos sumergirnos. Lo que empieza a suceder se hilvana de una manera tan natural que hace que estemos todo el tiempo en el aire, como el mismo Jordan.

Puede ser apresurado decir que esta cinta será una de las mejores películas del 2023, sobre todo porque estamos recién en los primeros meses del año. Pero hay algo de lo que podremos estar seguros. La sensación de confortabilidad que transmite, de alegría, de contar historias universales de manera sencilla (como Cameron Crowe, Robert Zemeckis o Steven Spielberg supieron hacer), la convierten en un clásico instantáneo. AIR: La historia detrás del logo repite el formato de Argo (recreación de una realidad más el camino del héroe), pero añadiéndole humor del bueno, del cómodo, del sensible, del familiar. Una fórmula tan exitosa como las famosas zapatillas.

Partiendo de un guión de Alex Convery (primera película para él), el cual estaba en la Black List, la lista de los mejores guiones que aún no se habían realizado, Affleck apuesta otra vez a una narrativa clásica al comandar los hilos de una de las cintas más placenteras de lo que va del año. Todo está bien, nada desentona. Damon brinda una conmovedora actuación, mientras que Jason Bateman, Viola Davis (exigencia de Michael Jordan para que interprete a su madre), Chris Messina (tercer trabajo consecutivo con Ben) y Chris Tucker se entregan por completo en función de lo que se relata. Por su parte, Affleck no sale de su zona de confort actoral, coquetea con el humor y eso termina siendo un triple desde mitad de cancha.

Con una banda sonora poderosa capaz de transportarnos a ese tiempo, AIR: La historia detrás del logo es la mejor película rodada sobre el mundo de las marcas deportivas. Las internas, la oficina, la creación, la puja entre representantes y empresas, la competencia, todo se expone de manera encantadora.

Air Jordan, uno de los logos más importantes de la historia, tiene una iconografía híper reconocible con la figura de Michael en pleno vuelo por encestar. Una simbología que identifica. Esta cinta, sabiendo lo que eso implica, no utiliza a Jordan para su atractivo por más de que eso pudiera serseductor. Affleck elige a base de lo que él demostró que sabe hacer: narrarnos la historia de hombres comunes que cambiaron con su accionar el funcionamiento del mundo.