Crítica de “Amnésico”, duro de matar en el hospital con Josh Duhamel

Josh Duhamel es Cain, un hombre que despierta en la camilla de un hospital sin recordar nada. Una pandilla de narcos lo persigue en busca de un maletín que él ocultó sin recordar dónde. El tipo debe resolver el enigma mientras evita que lo maten a pura patada y golpe de puño.

La película arranca igual que Difícil de matar (Hard to kill, 1990) con Steven Seagal y, sin ir tan lejos en el tiempo, la surcoreana Carter (2022) estrenada el mes pasado en Netflix. Aunque si hay una película a la que se parece es Duro de matar (Die Hard, 1988), ya que toda la acción transcurre dentro del hospital con un cartel intentando matarlo.

Nick Nolte representa al agente de la DEA que sigue de cerca a Cain. También actúan los mexicanos Omar Chaparro y Bárbara de Regil, la australiana Abbie Cornish y Donald Allen, figura clave de los ochenta.

Amnésico (Blackout, 2022) tiene mucho ritmo y coreográficas escenas de acción y, si bien fuerza la credibilidad al máximo, inserta pequeños giros en la trama que se sienten como excusas para darle un descanso visual al espectador. En su argumento cargado de elementos del thriller de espionaje (un maletín del cual no se sabe su contenido, vueltas de tuerca por doquier) está lo mejor y más atractivo de la película.

De todos modos estamos ante un film que no agrega nada nuevo en materia de acción (género estrenado a granel en las plataformas), lleno de vicios y subrayados ya sea en las escenas de acción filmadas de modo grandilocuente, casi grosero, o en la burda caracterización de los personajes. Sin embargo ofrece un entretenimiento digno para los amantes de este tipo de relatos, que encontrarán en los tópicos y códigos desarrollados una satisfacción garantizada.