Yo, yo y mi súper yo

Durazno

Cuando una película comienza con un manifiesto como en este caso, se espera una serie de principios ideológicos y estéticos inquebrantables o, al menos, algo revolucionario en su planteo que justifique la escritura de máximas a seguir. La película de Yashira Jordan sigue una línea de pautas de producción bajo el lema de un Cine Ambiental.

Durazno
lunes 22 de septiembre de 2014
La boliviana Durazno (2014) es un viaje interior del protagonista hacia su propia historia personal, que tiene que ver con la búsqueda de sus orígenes. Un documental estéticamente interesante y con varios recursos visuales, pero mínimo en cuanto al trabajo de investigación sobre el tema a desarrollar: importa más la búsqueda interior del protagonista que los resultados obtenidos.Realizado bajo un fondo de inversión particular, el film que tiene de coprotagonista a Nahuel Pérez Biscayart, cuenta la historia de Ezequiel, un chico adoptado que desconoce su verdadero paradero y las causas de su abandono. Siguiendo las pistas de sus parientes, realiza un viaje desde Mercedes, Provincia de Buenos Aires, hasta la ciudad de Cochabamba, en Bolivia.Lo más interesante de la película son los recursos visuales novedosos que emplea para graficar el mundo interior del protagonista, con animaciones sobre la imagen, diferentes formatos de archivo (Súper 8, VHS, etc.). Pero si tenemos que pensar a la película entre su propuesta y su resultado final, sería más acorde pensarla como una road movie (la idea del viaje interior) que como un documental ficcionado.De cualquier modo, hay en el film de Yashira Jordan una redundancia sobre la figura de su protagonista Ezequiel que excede la búsqueda personal: se extiende en demasía en su figura, tratando de universalizar su problemática y sólo consigue mostrar un egocentrismo caprichoso e injustificado que no conduce a otro lado que a un narcisismo molesto.
5.0
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