Mucho pollo y pocas ciruelas

Pollo con ciruelas

De los mismos directores de Persépolis (2007), Pollo con ciruelas (Poulet aux prunes, 2011) tiene un tono con reminiscencias a Delicatessen (1991) y a ese tipo de cine fantástico que recupera el lenguaje de fabulas infantiles para contar historias de adultos, que suelen denunciar la opresión, el autoritarismo y en este caso también la pena de amor y el deseo de muerte.

Pollo con ciruelas
martes 16 de abril de 2013
Pollo con ciruelas cuenta la historia de un violinista (Nasser Ali Khan) que en su mediana edad y a pesar de ser padre de familia, decide dejarse morir. La trama, que va y viene en el tiempo y atraviesa mundos de fantasía, drama y animación, pospone su resolución haciendo vagar al espectador por universos fantásticos, a veces encantadores y otros un poco tediosos.Así, mezclando ternura y crudeza la película retrata la tristeza de un hombre hecho y derecho, y nos cuenta los motivos y traumas que la provocaron. Por momentos muy dramática, el film es un entramado agridulce de piezas que se suceden sin orden cronológico, mezclando géneros y estilos: secuencias de animación, pasajes bíblicos, encuentros oscuros con Azrael (el ángel de la muerte) y episodios tan surrealistas como románticos.Una película fantástica que cambia todo el tiempo de tono, cuyo único hilo conductor es el personaje protagónico sólidamente interpretado por Mathieu Amalric. En armonía con la puesta en escena, el actor guía sin demasiados matices la trama y hace del devenir caprichoso y por momentos inexplicable del personaje, un suceder relativamente creíble. Con presencia y cierto carisma es uno de los principales atractivos para atraer al espectador hasta el final, obligándolo a seguir mirando para develar el misterio del hombre que quiso dejarse morir.
6.0
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