Crítica de "The Greatest Hits": Ned Benson y una melodía decepcionante para un amor perdido

La historia sigue a Harriet, quien tras perder a su novio en un trágico accidente, descubre la capacidad de las canciones para transportarla en el tiempo, reviviendo así momentos románticos con su antiguo amor. Sin embargo, sus viajes al pasado entran en conflicto con una nueva relación en su presente, planteando interrogantes sobre cambiar o no el curso del pasado.

A pesar de contar con un elenco talentoso, incluyendo a Lucy Boynton, David Corenswet y Justin H. Min, quienes ofrecen interpretaciones decentes, la falta de profundidad en los personajes limita su impacto emocional. La película parece incapaz de encontrar la melodía adecuada para desarrollar conexiones sólidas entre los personajes y el público.

The Greatest Hits se queda corta en su intento de ofrecer una historia de amor convincente. Aunque se espera cierto nivel de suspensión de la incredulidad en una premisa tan fantástica, la película no logra capitalizar esta oportunidad de manera efectiva. En lugar de destacarse con originalidad, se ve atrapada en una amalgama de clichés tomados prestados de otras historias románticas más exitosas, lo que resulta en una narrativa carente de cohesión y frescura.

Ubicada en una posición intermedia entre el convencional drama romántico con elementos musicales, tal como se observa en Alta fidelidad (High Fidelity, 2000) y las producciones que abordan el tema desde una perspectiva fantástica, como Eterno resplandor de una mente sin recuerdos (Eternal Sunshine of the Spotless Mind , 2004), The Greatest Hits resulta decepcionante. La magia se desvanece en un argumento que no logra atrapar la vitalidad esencial para sobresalir en su género.