Crítica de "Clara se pierde en el bosque", Camila Fabbri y las resonancias de Cromañón

La historia nos adentra en un viaje emocional junto a Clara (Camila Peralta), una joven cuya vida fue marcada por la tragedia del incendio en el boliche República de Cromañón en 2004, un evento que cobró la vida de 194 jóvenes y dejó cicatrices imborrables en su alma.

Clara se pierde en el bosque nos sumerge en la vida actual de Clara, su lucha por ser madre y su proceso de superar el trauma. Lo hace principalmente a través de las conversaciones telefónicas de la protagonista con su amiga Martina, donde los recuerdos se entrelazan con sus vidas actuales, sus miedos y deseos.

Sin embargo, a pesar de la profundidad de la historia y el potencial para explorar temas emocionales y personales, Clara se pierde en el bosque parece quedarse en un boceto más literario que audiovisual. La producción no logra traducir completamente el rico trasfondo de la trama en imágenes y sonidos. La película comienza con fuerza, pero poco a poco se va diluyendo debido a un montaje y un punto de vista que se vuelven opacos, dificultando la conexión emocional con los personajes y la historia.

La tragedia de Cromañón es un tema delicado y poderoso, y la película tenía la oportunidad de explorarlo en profundidad. La narrativa a veces se siente fragmentada y se pierde en un mar de recuerdos y deseos que no logra transmitir de manera efectiva. Aunque ofrece una mirada íntima a la vida de una superviviente, se queda corta en la ejecución y no logra plasmar completamente su poderoso trasfondo.