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Crítica de "El régimen": sátira social con Kate Winslet dirigida por Stephen Frears

La miniserie es una comedia oscura que refleja la vida dentro de los muros de un régimen autoritario moderno al borde del colapso.

miércoles 06 de marzo de 2024

En una entrevista, Kate Winsley reflexiona sobre la elección de interpretar a la Canciller Elena Vernham, un personaje maquiavélico y despiadado, justificando su decisión en los tiempos de autoritarismo que vivimos. Vernham, una gobernadora despreciable y déspota con escasa sensibilidad social, se convierte en un reflejo inquietante de figuras reales. ¿Les recuerda a alguien?

Herbert Zubak, apodado el carnicero y encarnado por Matthias Schoenaerts, es un militar con un oscuro pasado. Llamado por la canciller tras un episodio violento en una huelga de mineros, Zubak cree que su traslado es un castigo por el uso excesivo de la fuerza. Sin embargo, descubre rápidamente que su inestabilidad emocional encaja a la perfección en el caos que reina en el palacio de gobierno, permitiéndonos acceder al universo privado de la canciller.

La miniserie, compuesta por seis episodios de menos de una hora cada uno y disponible en la señal Max, es una producción británica dirigida por Stephen Frears y Jessica Hobbs, con Will Tracy como escritor y showrunner. Frears, conocido por sus películas como Relaciones peligrosas (Dangerous Liaisons, 1988), Florence (2016) y Victoria y Abdul (Victoria & Abdul, 2017), demuestra su maestría en retratar las relaciones de poder y la decadencia moral en entornos lujosos.

El régimen se presenta como una parábola social, utilizando personajes estrafalarios para resaltar el nivel de demencia que caracteriza al gobierno. Esta exageración no solo aporta humor, sino que también invita a una reflexión profunda sobre la realidad política actual en cualquier parte del mundo. Elementos como el padre embalsamado en el palacio de la canciller encuentran eco en la peculiaridad de los perros muertos y clonados del presidente argentino, desdibujando las líneas entre la realidad y la ficción.

Aunque la serie adopta un tono burlón en momentos molestos, especialmente con el abuso de planos aberrantes y movimientos de cámara rápidos, logra transmitir un mensaje oportuno sobre el grado de desquicio de los líderes mundiales contemporáneos.

6.0
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