Salas
Crítica de “La montaña”, el enigmático y fascinante viaje de Thomas Salvador
Ganadora en el festival de Cannes, “La montaña” es una atractiva propuesta que combina la crisis existencial de un hombre con situaciones sobrenaturales para hacer un relato místico y poético sobre la condición humana.
Luego de su ópera prima, Vincent (2015), Thomas Salvador escribe (junto a Niala Guiguet), dirige y protagoniza La montaña (La Montagne, 2022), un viaje espiritual por los Alpes para reconectarse con la vida.
Salvador interpreta a Pierre, un hombre de ciudad, que vive solo en un pequeño departamento. En un viaje por trabajo queda hipnotizado por la montaña nevada visible desde la ventana de uno de los edificios. Al día siguiente decide pasar parte de enfermo para explorar la zona. Se compra la indumentaria y accesorios adecuados para la nieve y se interna en los Alpes buscando llegar a la cima literal y simbólicamente.
La montaña nos va contando poco a poco la aventura introspectiva de su protagonista. Casi como una película muda, las imágenes y las sensaciones describen el proceso interior de Pierre: un hombre acorralado por una vida monótona que decide dar un salto a lo desconocido para sentirse vivo otra vez.
Cualquiera puede identificarse con el dilema existencial de Pierre, un hombre rodeado del ruido de la ciudad y de obligaciones que no lo movilizan personalmente. Un tipo tranquilo que decide bajarse del tren a tiempo. En ese momento aparece el otro gran personaje, la montaña, con todo su misticismo, su sabiduría escondida entre las rocas, su magia y esplendor.
En ese viaje conoce a Léa (Louise Bourgoin), una cocinera de un restaurante de alta montaña, quien lo ayuda espiritualmente con su travesía. Con el paso de los minutos el film entra en un terreno de lo fantástico, de los sobrenatural, lo místico alcanza vuelo poético a partir de que Pierre se involucra emocionalmente con los silencios y figuras de la montaña. Una dimensión desconocida que, con mucha poesía, la película nos invita a transitar.
Thomas Salvador, quien reconoce su fascinación por las montañas, nos adentra en un viaje fabuloso, de ensoñación, al proponer un camino de conocimiento alternativo, potente y enriquecedor. Una película diferente, emotiva y perceptiva que nos recuerda el poder de la naturaleza en todo su esplendor.
