Crítica de "Bird Box Barcelona", un spin-off con Mario Casas y Leonardo Sbaraglia que promete pero no cumple del todo

Ambientada en la Ciudad Condal y basándose en las reglas establecidas en su predecesora, extraídas de la novela de Josh Malerman, Bird Box Barcelona amplifica la fórmula existente para ofrecer una narración aún más intensa y retorcida. En esta nueva entrega, nos sumergimos en la historia de Sebastián (Mario Casas), quien se enfrenta a un desafío desalentador: sobrevivir a una presencia inexplicable que está diezmando a la población mundial. Su viaje "a ciegas" nos sumerge en un contexto de pánico religioso y en una percepción generalizada de que el ataque alienígena desencadena una violencia desenfrenada, en lugar de ser simplemente el motivo subyacente de todas las acciones.

Tras la repentina aparición de esta misteriosa presencia cuyo objetivo es destruir a la humanidad, Sebastián se embarca en un viaje de supervivencia por las desoladas calles de Barcelona. A lo largo de su odisea, se encuentra con otros supervivientes con quienes forja alianzas inciertas en un intento desesperado por escapar de la ciudad. Sin embargo, pronto descubren que hay una nueva y sorprendente amenaza que se cierne sobre ellos, una que resulta aún más peligrosa de lo que podrían haber imaginado. Conforme la historia se desarrolla, se exploran los miedos más profundos de los personajes y se pone a prueba su resistencia física y mental.

Mario Casas lidera el reparto con su talento actoral, compartiendo protagonismo hacia el tramo final con la reconocida actriz Georgina Campbell. Además, el elenco cuenta con secundarios destacados como Michelle Jenner, el actor argentino Leonardo Sbaraglia, Diego Calva, Gonzalo de Castro, Lola Dueñas y Patrick Criado, quienes aportan profundidad y calidad a la producción.

Si bien es innegable el cuidado diseño visual y la calidad técnica y actoral, es en el ámbito narrativo donde la película muestra sus deficiencias. A pesar de las escenas de tensión bien ejecutadas, se percibe una sensación de insatisfacción debido a la falta de un guion sólido y una trama envolvente. Se echan de menos sorpresas impactantes y giros argumentales que mantengan al espectador completamente cautivado por la historia.

Es posible que Bird Box Barcelona adolezca de la misma falta de originalidad que su predecesora, Bird Box: A ciegas. Aunque se destaca un esfuerzo estético por crear una imagen visualmente atractiva, con paisajes urbanos apocalípticos que evocan una atmósfera impactante, la trama argumental no logra desarrollar una narrativa sólida que esté a la altura de su aspecto estético. A pesar de los logros, la película deja una sensación de querer más en términos de emoción y sorpresa, para que la experiencia sea verdaderamente satisfactoria.