Crítica de "Días de Gallos", desafíos, pérdidas y redención en el el mundo del freestyle

En esta nueva entrega de nueve episodios, cada uno con una duración de 45 minutos, Andy, Rafaela y León dan pasos importantes para convertirse en freestylers profesionales y lanzar su propia productora. Sin embargo, una irresistible oferta llega a León y el trío se ve obligado a tomar caminos separados. Aunque la Liga de Elite los reúne nuevamente, la vida los aleja cada vez más. Hasta que una trágica pérdida les hace comprender la importancia de permanecer unidos. Guiados por un nuevo mentor, León y sus amigos se enfrentarán a Trama en la batalla final, mientras nuevos enemigos aparecen en el horizonte. La música y el arte siguen siendo el motor de cambio en las vidas de los protagonistas, quienes se enfrentan a desafíos y situaciones que pondrán a prueba su determinación y perseverancia.

Días de Gallos presenta historias reales y cercanas que permiten al espectador adentrarse en los desafíos y las luchas internas de los personajes. Destaca especialmente el viaje de Andy, interpretado por Tomás Wicz, quien se reconoce como una persona no binaria y se encuentra en búsqueda de su identidad y su lugar en el mundo. La serie aborda este tema con sensibilidad, brindando una representación positiva y necesaria. La diversidad de los personajes y sus experiencias refleja la realidad de la juventud actual, sin prejuicios ni estereotipos.

El freestyle, más allá de su aspecto superficial, trasciende como un poderoso medio de expresión en la trama. No se limita únicamente a las habilidades técnicas del trap improvisado, sino que se convierte en un vehículo introspectivo que permite a los personajes explorar su propio ser y manifestar las emociones más profundas que los habitan. Las batallas de gallos, lejos de ser meros enfrentamientos verbales, se transforman en momentos de catarsis y liberación emocional, donde los participantes encuentran una vía para exteriorizar sus conflictos internos y enfrentar sus miedos. La música, en perfecta comunión con las historias de los protagonistas, se fusiona de manera fluída, otorgándoles un lenguaje común y potenciando la carga emocional de cada momento.

La realización de Eugenio Caracoche y Mariano Ardanaz, junto con la lograda dirección de fotografía, logra capturar de manera excepcional la energía y la intensidad de las batallas de rap, sumergiendo al público en un mundo vibrante y lleno de emociones. Cada toma está cuidadosamente compuesta, utilizando una combinación de ángulos dinámicos y movimientos de cámara fluidos para resaltar la fuerza y la pasión de los artistas mientras se enfrentan en el escenario. Los detalles visuales, como las expresiones faciales, los gestos y la interacción entre los personajes, se capturan con precisión, transmitiendo la intensidad del momento y permitiendo que el espectador se sienta completamente inmerso en la acción.

El guion, desarrollado por Joaquín Bonet y Sofía Wilhelmi, se mantiene sólido a lo largo de la nueva temporada. Los diálogos son auténticos y realistas, evitando los clichés y proporcionando interacciones genuinas entre los personajes. Además, la variedad de locaciones presentadas agrega un atractivo adicional. Desde escenarios urbanos hasta entornos más íntimos, cada lugar tiene su propia atmósfera única que complementa las batallas de rap y contribuye a la autenticidad de la serie.

La serie cuenta también con la participación especial de Aczino, Stefi Roitman, Antonio Birabent, Tomás Fonzi, Pluzito, Rocío Gómez Wlosko, Isabel Trotta, Luli Acosta, Cami Pizzo, Sebastián Sinnott, Franco de la Puente, Mumu, Orlando Alfonzo y Johan Bermúdez, quienes aportan un nuevo nivel de energía.

Con un elenco talentoso, batallas de trap intensas y una historia que aborda la diversidad y el poder del arte, Días de Gallos continúa demostrando por qué es una opción para los amantes del género.