El llanto de las ninfas

El director Eduardo Peduto tardó 5 años en dar forma a su nuevo opus, entregando una historia donde una tribu de ninfas -llamadas despectivamente brujas- son perseguidas por una logia de cazadores e inquisidores que busca exterminarlas, considerándolas una amenaza que va más allá de lo sobrenatural. En medio de todo esto se encuentra una mujer que perdió a su hermana a manos de la logia, en consecuencia poniendo en acción un plan de venganza con la colaboración de su pareja.A través de un relato fragmento, que nos proporciona la información a cuentagotas, El llanto de las ninfas se toma su tiempo para poner todas las fichas en su lugar y aprovechar al máximo el golpe de efecto cuando nos acercamos a la resolución del conflicto. Ciertas limitaciones técnicas intentan ser disimuladas de la manera más prolija posible, con resultados dispares.Desde lo estrictamente temático, podríamos decir que la obra guarda similitudes con El Inquisidor (1975), mítica película de Bernardo Arias prohibida por la dictadura, que recién vio la luz casi una década más tarde. Pero hay dos grandes diferencias: Si bien El llanto de las ninfas es sangrienta, no se vuelve un festival gore como su antecesora. Y en segundo lugar, toda la cuestión “ninfas vs inquisidores” no es más que un telón imaginario sobre el cual se refleja la actual y real problemática de la violencia de género, la trata de blancas, el femicidio y cualquier tipo de violencia física contra las mujeres. El pensamiento retrógrado de los villanos respecto de los derechos de las mujeres y la importancia de su lucha no hace más que evidenciar el razonamiento oscuro de ciertos sectores de nuestra sociedad.Con un ensamble de intérpretes que dan la sensación de dejarlo todo en cada escena, la cinta podría haberse beneficiado con un poco más de economía narrativa, evitando alargar más de lo aconsejado ciertas secuencias, en particular aquellas que formas parte del tercer acto. A pesar de este tipo de asperezas, El llanto de las ninfas es un film cuyo potencial reside en ilustrar desde lo fantástico una de las problemáticas más grandes que enfrentamos actualmente.