Crítica de "Niñera para Adultos", un juego pervertido

Las perversiones en el cine de género siempre han llegado a rozar los límites de  los condicionamientos morales bajo los cuales está inserto el séptimo arte. "Niñera para Adultos" (The babysisters, 2009) cruza la barrera de los límites para describir los más extraños deseos del ser humano frente a tres elementos detonantes: el dinero, el poder y el sexo.

Crítica de "Niñera para Adultos", un juego pervertido
lunes 31 de mayo de 2010

El film dirigido por David Ross narra la historia de una adolescente (Katherine Waterston) de escuela secundaria que agarra un trabajo de niñera para solventar sus gastos. Pero el padre del niño a cuidar (John Leguizamo) intenta seducirla y le paga más de la cuenta para saldar su culpa. Ella, lejos de sentirse intimidada, acepta con buenos ojos el dinero y decide brindarle otros servicios en el pack. Sucede que el dinero corrompe y la chica emprende una red de prostitución con sus amigas de clase atendiendo a todos los padres de familia del vecindario.

La trama comienza con el estilo de una habitual comedia romántica con el secundario de contexto. Pero -gracias a Dios- el quiebre narrativo es tal que uno puede dejarse llevar por la construcción de esta mini Pymes que instala la protagonista. La película es valiente en ese sentido, no juzga a sus protagonistas. No hay una menor corrompida y un adulto corruptor, aquí todas las criaturas son corrompidas por el poder que les da el dinero. Todas. En todo caso el corruptor es el sistema (¿capitalista?) que prima al dinero por sobre todos los valores humanos.

Y esta consideración, que quizás parezca atrevida, está reforzada en varias escenas. Por ejemplo cuando vemos la entrada de las adolescentes y el personaje de John Leguizamo al colegio por la noche. Ambos destruyen la institución con una violencia, explicitada audiovisualmente por los cortes directos y la banda sonora, que sorprende e incluso sólo está justificada temáticamente. Hay una falta de respeto de los personajes por las instituciones. Sólo el dinero es concebido como un valor para ellos.

Muchas películas de género trabajaron los personajes desde el lado de las perversiones: Autofocus (2002), American X (American History, 1998), Hardcore (1979), siempre con un reordenamiento final -y moral- que reestablecía el caos instalado anteriormente, con la intención de darle tranquilidad al espectador. En Niñera para Adultos la tranquilidad llega pero sin moralidad de por medio, sin reprimendas ni represalias de ningún tipo. Todo parece seguir el cause normal de un sistema que “inserta” literalmente a los jóvenes en el mundo adulto.

8.0
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