Críticas a la gestión actual por reajuste drástico
Carlos Luis Pirovano desmantela varias áreas del INCAA
Una sombra de incertidumbre se cierne sobre el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) con la reciente decisión de su presidente, Carlos Luis Pirovano, de eliminar siete áreas fundamentales del organismo. Este movimiento, presentado como una "readecuación de la estructura organizativa", sigue despertando críticas y preocupaciones en la industria cinematográfica y cultural del país.
La medida, anunciada en una nota oficial emitida el 19 de marzo bajo el número 2024-28881581, implica la supresión de unidades operativas vitales como la Subgerencia de Prensa y Comunicación, el Observatorio Audiovisual, y la Coordinación de Género y Diversidad, entre otras. Más que un simple ajuste, esto parece ser un desmantelamiento estratégico de áreas clave que podrían impactar negativamente en la diversidad y calidad de la producción audiovisual nacional.
Lo más preocupante es que esta decisión no solo implica la pérdida de cargos ejecutivos y de jefatura, sino que también afecta al personal del INCAA. Se han dado de baja más de 170 contratos de locación de obra, puestos de planta transitoria e incluso se ha revertido la designación de cargos de planta permanente que habían sido concursados con anterioridad.
Es evidente que esta reestructuración no solo generará un impacto negativo en la labor diaria del INCAA, sino que también plantea serias dudas sobre la dirección que está tomando el organismo. ¿Es realmente necesario sacrificar áreas en pos de una supuesta "readecuación"?
La creación de la Unidad Gerencia de Asuntos Legales, bajo la supervisión directa de la Presidencia del INCAA, plantea interrogantes sobre posibles conflictos de interés y falta de transparencia en las decisiones del organismo. ¿Cuál es el verdadero propósito detrás de esta reorganización? ¿Se está priorizando el interés público y la promoción de la cultura audiovisual, o hay motivaciones políticas y económicas ocultas detrás de estos cambios drásticos?
El proceso de reajuste, que se espera que dure al menos cuatro meses, amenaza con sumir al INCAA en una inactividad casi total, dejando en el limbo a cientos de trabajadores del sector audiovisual y poniendo en peligro el futuro de la industria cinematográfica nacional. Es hora de que las autoridades rindan cuentas y expliquen claramente las razones detrás de estas decisiones controvertidas que podrían tener consecuencias devastadoras para el cine argentino.
