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Crítica de "Chico come universo", entre capas emocionales y tropiezos narrativos volvieron los años 80

"Chico come universo" (Boy Swallows Universe, 2024) dirigida por Bharat Nalluri, Jocelyn Moorhouse y Kim Mordaunt, resulta un intrigante drama familiar que, a pesar de sus virtudes, no logra encontrar un equilibrio convincente entre sus diversas subtramas.

jueves 11 de enero de 2024

La serie se adentra en la vida de Eli Bell, encarnado por Felix Cameron, inmerso en un entorno desolador en Brisbane, en el año 1985. La premisa de la trama, derivada de la novela semi-autobiográfica de Trent Dalton, promete una odisea rica en misterio, aventuras y desafíos personales. No obstante, la narrativa parece extraviarse al intentar abordar simultáneamente una amalgama de géneros, entre ellos, el thriller de conspiraciones, el crimen organizado, el drama familiar, la vida estudiantil, la transición a la adultez y una historia de corte dickensiano sobre el sufrimiento infantil.

La serie se desenvuelve en un crisol de personajes complejos: un padre desaparecido, un hermano mudo, una madre drogadicta, un padrastro traficante de heroína y hasta un canguro delincuente. Esta amalgama de elementos, aunque pintoresca, a veces se siente abrumadora y dificulta la conexión emocional con la trama principal.

El guionista John Collee logra plasmar algunos momentos emotivos y profundos, pero la estructura general de la historia parece dispersa. La serie busca articular una experiencia singular en cada uno de los ocho episodios, no obstante, en el transcurso de esta empresa, exhibe una amalgama de cualidades que oscilan entre lo atractivo, lo inquietante y lo denso en proporciones equitativas.

El elenco, encabezado por Felix Cameron, realiza un trabajo destacado en la interpretación de personajes complejos y multifacéticos. Sin embargo, Chico come universo parece depender en exceso de estos retratos vibrantes para compensar las debilidades de su trama.

A pesar de sus altibajos, la serie exhibe cierta luminosidad que captura de manera elocuente la esencia de la década del 80 en Brisbane. En este contexto, la banda sonora desempeña un papel destacado al potenciar de manera efectiva momentos clave, agregando capas a la trama narrativa.

Chico come universo es una serie ambiciosa que, aunque no logra alcanzar la cohesión deseada, ofrece una experiencia visualmente atractiva. La historia de fraternidad, amor y amistades improbables puede resonar en algunos espectadores, pero la sobreabundancia de subtramas podría dejar a otros buscando una dirección más clara en medio del caos narrativo.

5.0
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