FAN: Competencia de Cortometrajes para contar la Patagonia

Cine Patagónico: Reflejo de identidad, diversidad y reflexión

En la 2º edición del Festival Audiovisual Neuquén se destaca la Competencia de Cortometrajes Patagónicos con historias de jóvenes realizadores de la región que abordan las tradiciones, la homosexualidad, el trabajo, la adolescencia, las leyendas y la contaminación del ambiente.

Cine Patagónico: Reflejo de identidad, diversidad y reflexión
sábado 28 de octubre de 2023

En la actualidad las producciones audiovisuales patagónicas desempeñan un papel fundamental en la representación de la diversidad cultural de la región, así como en la influencia de las tradiciones locales. En la última década, se han producido documentales, largometrajes y cortometrajes que han explorado distintas facetas de estas culturas, abarcando desde problemáticas sociales, la danza, las luchas juntos con las costumbres y tradiciones cotidianas.

En la Competencia de Cortometrajes Patagónicos -con una programación que merece ser destacada- sobresalen obras de una generación de directoras y directores que dan visibilidad a las problemáticas de una región pero también ponen de manifiesto sus propias inquietudes dando vida a una serie de historias que merecen ser contadas.

Entre las producciones seleccionadas se proyectó Acmé del director Agustín Montangie (San Martín de los Andes, Neuquén) que se sumerge en la vida de dos individuos que enfrentan la realidad del VIH en la Patagonia Argentina. A través de una narración íntima captura la esencia de estos personajes, explorando sus peculiaridades socioculturales y las limitaciones inherentes a la región. La película tensiona la serena cotidianidad de sus protagonistas, ofreciendo una mirada introspectiva a sus rutinas, profesiones y la belleza de los paisajes, todo ello enmarcado por la voz reflexiva de sus pensamientos y sus vivencias en torno a la enfermedad.

El fin justifica los miedos de Marcos Montes de Oca (Bariloche, Río Negro) aborda el drama adolescente de un grupo de jóvenes barilochenses que ansían la oportunidad de ser alcanzapelotas en un prestigioso torneo de Grand Slam en Buenos Aires. Sin embargo, mientras aguardan los resultados, se destapan inesperadas revelaciones acerca de la supuesta desaparición de la influencer más célebre de la ciudad, quien aparentemente también participó en la convocatoria. En un pueblo turístico donde la gente llega y se va, la espera se torna interminable y los miedos se justifican en una trama inquietante.

Alberto Belt, fotógrafo y director de General Roca (Río Negro), presentó Yeka, donde cuenta la historia de un joven llamado Mauro, que lleva una vida sencilla y se topa con un cartel que anuncia la búsqueda de un peluquero. A pesar de que su pareja posee las habilidades necesarias para el trabajo, la vergüenza y la falta de ánimo lo detienen. Desesperado por la oportunidad, Mauro decide robar los instrumentos requeridos para presentarse, pero este acto lo llevará a huir de la policía y, en última instancia, de su propia existencia.

El neuquino Ezequiel López es el director de Lobo, un thriller en el que Lobo -el protagonista- reúne a un grupo de hombres para llevar a cabo un asalto a un banco pero al salir se ven atrapados por la policía que da como resultado la muerte de uno de ellos. A su regreso al escondite, los criminales esperan la llegada del líder, el enigmático Lobo, para repartir el botín. Lo que no saben es que el Lobo podría estar entre ellos, generando una tensión palpable y un inesperado giro en la historia.

He has never ever eaten a cake es un cortometraje realizado por Alejo Estrabou de El Bolsón (Río Negro) en el que se introduce en la vida de Luján, quien, mientras aprende inglés en YouTube, se topa con una frase que despierta en ella sentimientos inusuales. Esta obra sutil y reflexiva explora la capacidad de las palabras para evocar emociones profundas y nos lleva en un viaje de autodescubrimiento a través del poder del lenguaje.

Con un abordaje ambiental se proyectó Radio-Actividad a Cielo Abierto, un proyecto de investigación artística de la directora neuquina Gabriela Munguía que se adentra en la región petrolera de Vaca Muerta con la colaboración de organizaciones, asambleas, artistas y activistas comprometidos en la defensa de los derechos de las comunidades y los territorios afectados por la industria petrolera. El cortometraje fusiona las artes con tecnologías libres en una exploración subversiva y táctica que sirve como herramienta de resistencia y activismo ecosocial. La obra revela la lucha por la justicia ambiental y social en una región donde el extractivismo petrolero amenaza a las comunidades locales.

La otra obra que busca concientizar al espectador es Oro Rojo de Milton Ferreira Monteiro (Ushuaia, Tierra del Fuego) en el que acompaña a Darío Bravo, el capitán de una embarcación, y a sus hijos en su travesía por las gélidas aguas del Canal Beagle en busca de la codiciada centolla fueguina, un manjar gastronómico que enfrenta la amenaza de la sobreexplotación en las costas fueguinas. Esta producción relata la difícil realidad de los pescadores y resalta la importancia de la sostenibilidad en la pesca de este crustáceo al tiempo que pone en cuestionamieto la explotación de los recursos marítimos en esa región del país.

El jurado integrado por el actor Andrés Ciavaglia; el guionista Luis Martelli y el productor artístico Nacho Dobrée tendrá la difícil tarea de elegir el ganador entre obras de gran calidad. 

 No caben dudas que a través de estos cortometrajes se genera una interconexión entre historia, identidad y cinematografía que se hace evidente cuando los espectadores logran identificarse, comprender y dar significado a las historias. 

Este tipo de experiencias despiertan emociones y demuestran la influencia del audiovisual en la construcción cultural.

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