2021-07-01

Flow - 7 Puntos

Crítica de "Judas y el mesías negro", de Shaka King y con Daniel Kaluuya

En 1968, en medio del movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos, un joven resaltó de entre el resto. El carismático activista Fred Hampton se convirtió en el presidente del partido de los Panteras Negras en Illinois, y así logró movilizar a toda una ciudad. Hasta que fue asesinado.

Judas y el mesías negro narra la historia de un joven negro infiltrado por el FBI en el interior del partido Pantera Negra de Chicago que termina con el asesinato de su líder, Hampton, de apenas 21 años, masacrado por la policía mientras dormía durante una incursión en 1969. Hampton era considerado una amenaza para la estabilidad del país, irónicamente a nivel del KKK, por sus ideas políticas y su imagen popular en la comunidad afroamericana. El gobierno veía a las Panteras Negras como una amenaza militar al status quo y vendió esa mentira en un momento de creciente descontento social.

La película, coescrita y dirigida por Shaka King, sigue las historias cruzadas de Hampton (Daniel Kaluuya) y el delincuente callejero William O’Neal (Lakeith Stanfield) a finales de los años 60 en la ciudad de Chicago. Mientras Hampton emergía como lider natural de Los Pantera Negras y fundador de una “coalición arcoíris” multicultural que defendía a las comunidades de negros e hispanos pobres, O’Neal era manipulado por el FBI para infiltrarse en la organización. Encabezado por J. Edgar Hoover (Michael Sheen), el FBI busca acabar con toda noción de poder negro y suprimir la idea de un posible “Mesías negro” que pudiera unir las minorías.

King apuesta al thriller con una precisión infalible a través de una narración clásica que refleja las connotaciones religiosas del título donde O'Neal fue, por supuesto, recompensado por ser un informante y Hampton tiene su propio equivalente de la última cena antes de su muerte.

Judas y el mesías negro es una tragedia bíblica que gira alrededor de su personaje para ofrecer una compleja y devastadora, aunque es cierto que también localista, mirada sobre la cultura racista estadounidense. Una obra cinematográfica sugestiva y coercitiva que exige una visión mucho más profunda de la urgencia que impone la agenda actual.

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