Sábado de Súper Acción

El ejecutor

El ejecutor (Bullet to the Head, 2012) es la pseudo-nueva película de Sylvester Stallone, basada en la epónima novela gráfica francesa de Alexis Nolent y Colin Wilson, y dirigida por el capo del cine-de-acción-de-los-‘80s-devenido-en-culto Walter Hill. Es breve, simple, entretenida y de una violencia ultra gratuita. Para parafrasear al Tte. Jim Gordon, “esta es la película que se merece, pero no la que necesita”.

El ejecutor
miércoles 12 de junio de 2013
Stallone lleva el apto nombre de Jimmy Bobo, un asesino a sueldo radicado en Nueva Orleans. Su compañero es asesinado luego de un trabajo y Jimmy jura vengarle. En el camino une fuerzas medio a desgano con el agente del FBI Kwon (Sung Kang). Ambos andan tras la misma mafia local, encabezada por escorias interpretadas por Adewale Akinnuoye-Agbaje, Jason Momoa y el desamparado Christian Slater. Poseen un plan malvado que involucra bienes raíces, pero a efectos de la trama mucho no importa.A Jimmy y a Kwon les separa no sólo la ley sino algunas generaciones, durante las cuales Jimmy ha cultivado un recalcitrante racismo hacia las minorías étnicas, o al menos las asiáticas. Jimmy se dedica a insultar a Kwon con comentarios raciales (“Quédate en el auto, Kato”, “Buen trabajo, Odd Job”) que resultan más graciosos por su absoluta transgresión política que por el ingenio de las mismas. A la primera vez resulta irreverente; a la enésima resulta increíble que los realizadores se salieran con esto.Por otra parte, la película se sale con muchas cosas, pequeñas cosas que uno está acostumbrado a encontrar en películas de acción predecibles como El ejecutor. Uno espera que Jimmy y Kwon labren un vínculo de amistad que triunfe por sobre sus diferencias legales, pero quizás no pase eso. Uno espera que Jimmy recomponga su relación con su hija Lisa (Sarah Shahi), pero quizás eso tampoco suceda. El ejecutor presenta todas las líneas argumentativas de una película de compinches, pero no necesariamente las sigue hasta el fin, aunque sea porque quiera ser diferente y no crea que deba comprometerse con sentimentalismos.El ejecutor es una buena película de acción, y es exactamente eso: pura acción. No porque esté forrada de escenas de acción (hay que dejar espacio para los desnudos femeninos y los chistes racistas), sino porque no tiene otra cosa en la cabeza. Y en ese sentido, “Una bala en la cabeza” es uno de los títulos más honestos que hay en cartelera.
5.0
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