2022-08-10

Gaumont

Crítica de "Américo", documental sobre un apasionado por las carreras de palomas mensajeras

La colombofilia consiste en el adiestramiento de palomas para convertirlas en palomas mensajeras. Esta práctica, inusual para los ojos de gran parte de los espectadores, esconde un mundo pintoresco y fanático. A través de los ojos de Américo y su amigo Óscar, y comandado a través de la dirección de Federico Sosa, descubriremos el universo de las carreras de las palomas mensajeras como nunca antes nos imaginamos.

El realizador optó por narrar esta obra de no ficción con el corazón en la mano. La intimidad del protagonista sale a la luz gracias a los momentos más cotidianos y sensibles: un mensaje de voz de Whatsapp a su pareja, una conversación con un cliente, un partido de futbol. Sin embargo, el factor motivante de la película, aquel que acapara toda la atención, recae en los testimonios y acciones de Américo que evidencian su pasión por la colombofilia.  

Aunque pareciera una extravagancia, Américo (2022) no se despega ni un centímetro de la realidad. La historia se codea con declaraciones sobre la política, el fútbol, la familia y la amistad. Esto, profundizado a partir de un guión elocuente escrito por el mismo realizador, denota un compendio de pasiones que rodean una aún más grande. 

La música compuesta por Santiago Pedroncini nos va llevando con gracia y curiosidad, mientras que la fotografía y las imágenes aéreas de Aylen López nos regalan un planeo tan armonioso como eficaz.   

Las prioridades se hacen presentes y, como varias palomas volviendo a su palomar, Américo sabe que, pase lo que pase (adicciones, problemas sentimentales, dificultades laborales), siempre se vuelve a ese primer amor, a esa pasión, a ese cable a tierra que te hace volar, a este viaje retratado en Américo.

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