Netfix

Crítica de "Shirley": Regina King es Shirley Chisholm en una biopic vacía de contenido

"Shirley" (2024), bajo la dirección de John Ridley y con la notable actuación de Regina King, ofrece un elogiable retrato de Shirley Chisholm, un icono político pionero cuyo legado reverbera en la historia de Estados Unidos al haber sido la primera congresista y mujer negra en postularse para la presidencia del país. Sin embargo, más allá de la destacada interpretación de King, la película exhibe una dicotomía entre su simplicidad inspiradora y la falta de de profundidad en su exploración.

sábado 23 de marzo de 2024

Shirley Chisholm, un icono político pionero, desafió vigorosamente las convenciones sociales y políticas de su tiempo desde sus modestos inicios como maestra de escuela hasta su destacada posición como la primera congresista de color en los Estados Unidos y la primera mujer negra en postularse para la presidencia del país a principios de la década de 1970.

En un contexto histórico marcado por la lucha por los derechos civiles y la igualdad de género, Chisholm emergió como una voz valiente y visionaria, dispuesta a desafiar el statu quo y representar los intereses de las clases trabajadoras y las minorías marginadas. Su campaña presidencial, desprovista de respaldo político convencional, se basó en la defensa de los derechos de las mujeres y las minorías, allanando un camino hacia un futuro de inclusión y esperanza en la política estadounidense.

La biopic de John Ridley se propone explorar los sacrificios y desafíos que enfrentó Chisholm. Sin embargo, el núcleo de la controversia radica en la discordancia entre la interpretación notable de Regina King, quien encarna con vigor y maestría a Chisholm, y la falta de profundidad en el guion. La actuación de King va más allá de la mera imitación para capturar auténticamente el espíritu y la fortaleza de Chisholm. A pesar de que el elenco en su totalidad contribuye a dotar de cierto nivel a la trama, la falta de complejidad en la evolución de los personajes y en el desarrollo de la historia obstruye la realización plena del potencial cinematográfico.

Ridley sumerge la narrativa en una atmósfera de solemnidad, aparentemente más preocupada por cumplir con una corrección política que con la verdadera humanización del personaje. Esta elección estilística refleja una tendencia a idealizar a Chisholm en vez de presentarla como una figura completa, con sus virtudes y defectos, como lo sería cualquier ser humano. En lugar de ofrecer una visión matizada de su legado, la película se conforma con una representación superficial y poco profunda, descuidando aspectos fundamentales de la experiencia y lucha de Chisholm.

A pesar de sus limitaciones, Shirley proporciona una oportunidad para reflexionar sobre el legado de aquellos que desafiaron las normas establecidas y allanaron el camino hacia un futuro más inclusivo y equitativo. Aunque la película deja mucho que desear en términos narrativos, sirve como un recordatorio de la importancia de celebrar y comprender las vidas de aquellos que han dejado una marca indeleble en la historia política.

5.0
Te puede interesar
Últimas noticias
MÁS VISTAS