La chica que amaba a los caballos

La chica que amaba a los caballos sigue a Sarah, una joven con problemas para integrarse en la sociedad, pero con notables aptitudes para el arte, la artesanía, los caballos y los crímenes sobrenaturales. Sarah comprueba, sorprendida, cómo sus sueños empiezan a convertirse en realidad.Desde las primeras escenas queda claro que Sarah no es una chica común. Además de quedarse mirando una pared en medio de la noche, tiene hemorragias nasales al azar, y después de consumir drogas el día de su cumpleaños comienza a quedar atrapada en un lugar completamente blanco con un hombre y una mujer que desconoce. Esos sueños lucidos la llevan a perder su auto, caminar dormida y despertar en medio de la calle, desenterrar el cuerpo de su madre e ir al trabajo desnuda. Entre otras cosas, escucha el futuro a través del teléfono y tiene extraños moretones en el cuerpo. Esta sucesión de hechos provoca que ingrese a una clínica psquiátrica. Sarah vive entre la realidad y un mundo onírico, al borde la locura, exactamente igual a su abuela, a quienes tildaban de loca.Narrada desde el punto de vista de la irrealidad paralela de Sarah, La chica que amaba a los caballos muestra la locura a través de sus diferentes estadíos mientras coquetea con la comedia romántica y el thriller fantástico, para dar paso a un perturbador tercer acto que pretende dar respuesta a los misterios que sembró durante el inicio. Y aunque de intenciones no viva el cine y sus incógnitas no lleguen a despejarse con total claridad, el final es el broche a una narrativa que se mantiene fiel a sus pretensiones.Alison Brie, Debby Ryan, John Reynolds, Molly Shannon, John Ortiz y Paul Reiser La chica que amaba a los caballos son los protagonistas de esta atípica obra cuyo estreno mundial se realizó en el último Festival de Cine de Sundance.