Petra

La protagonista es Petra (Bárbara Lennie), una joven artista que se hospeda en una finca con el fin de aprender del maestro Jaume (Joan Botey), una figura cargada de misterio a su alrededor. Pero el misticismo alrededor del artista oculta una personalidad oscura. La película está dividida en capítulos que hacen conscientes los giros de la trama. Capítulos que no necesariamente están presentados al espectador en orden cronológico. En estos saltos temporales entendemos el verdadero motivo que lleva a Petra a la finca de Jaume: conocer la identidad de su padre. El relato adquiere tintes trágicos, con música operística que enlaza los hechos hacia el interior de la familia.“Hago arte para encontrarme con la verdad” dice Petra en el inicio, argumentando sus intenciones terapéuticas y reveladoras con su iniciativa. Pero la verdad hay que soportarla, lo sabe Edipo de Sófocles y lo sabe Petra (el nombre proviene del griego πέτρα que significa piedra), que frente a la verdad o la mentira, el orden de los acontecimientos se modifica provocando inevitables consecuencias.Jaime Rosales trabaja desde la forma sus relatos. Utiliza una cámara autónoma que no sigue necesariamente la mirada de ningún personaje, y que incluso puede independizarse de la escena con un leve movimiento lateral. Encuadra siempre desde una distancia estableciendo un doble encuadre visual. De esta forma la historia predestinada se siente artificial, y abruptos los giros de la trama y hasta inverosímiles en algunos lapsos, hecho que le juega en contra a la película.Petra no termina de balancear el ejercicio audiovisual sobre la tragedia, y los hechos que el relato debe asumir con potencia narrativa para surtir el efecto operístico pretendido, quedándose a mitad de camino entre loables intenciones y aciertos parciales.