A Horrible Woman

Rasmus y Marie se conocen en una fiesta. Rápidamente quedan enamorados y deciden irse a vivir juntos. La antesala de lo que veremos ocurre cuando ella descuelga el cuadro favorito de su novio, para poner el suyo recién comprado. La escena resulta simbólica y es el disparador de algo que suele hablarse en cualquier mesa. ¿Cómo convivir en pareja? Estar juntado significa conflicto de intereses. Y ni hablar si lo llevamos al siguiente nivel, la convivencia. Cada espacio del departamento será un terreno por conquistar al mejor estilo guerra fría. El dinamarqués Christian Tafdrup es hábil para señalar sin ofender, la pasividad con la que Rasmus pierde terreno en su propio hogar y la seguridad de María para marcar las directrices son implacables en los primeros instantes del film.Los diálogos, efectivos y posiblemente familiares para muchos, no dejan lugar a la duda. Hay una silenciosa guerra de los sexos en proceso. La espontaneidad de las escenas y cómo se decantan, sirve para confiar en un producto muy alejado de las lavadas comedias americanas. Seria algo así como la versión ATP de El incendio (2015), también exhibida en Bafici antes. ¿Y cómo no recordar Una mujer bajo la influencia (A Woman Under the Influence, 1974) cuando miramos a Marie desfilándose por los rincones?El agobio pasa a ser desahogo en el lugar menos indicado; si el ruido del departamento no fue testigo, el silencio de la galería artística a la que asisten, si lo es. Única oportunidad para ver a Rasmus intentar virar el rumbo. Pero el desandado camino conyugal lo llevará al casillero cero. Hasta en el dominio del cuerpo es claro quien tiene el control. Nuestro protagonista parece estar atontado, perdido en tiempo y espacio en cada plano donde aparece enfrentando a su chica. Por si fuera poco, frame tras frame, como una sombra que apaga la actitud y ahoga el pensamiento, la música de Vivaldi acompaña la agónica y lenta castración del hombre.