Rey

La película, que tardó siete años en concretarse, dos solamente para el estudio de los personajes, otros para elegir las imágenes del archivo visual del Museo EYE de Ámsterdam y los escenarios naturales, está estructurada a través de capítulos que abarcan desde la proclamación del rey hasta su captura y procesamiento por los soldados chilenos con referencias a Alicia en el país de las maravillas. Interpretada por personajes que llevan máscaras, la narración, teñida por una atmósfera de ensoñación fragmentada y experimental, se nutre de imágenes de archivos, películas en varios formatos intervenidas con diferentes texturas y colores. La puesta, que por momentos es netamente teatral, se vuelve cinematográfica ante la explotación de una serie de recursos que le sirven al director para representar de manera poco convencional los puntos negros de la historia y la memoria. Además, utiliza la lengua mapuche para incorporarla como parte del paisaje.Rey, una película totalmente plástica, encuentra puntos de contacto con Zama (2017), de Lucrecia Martel, y Jauja (2014), de Lisandro Alonso, tanto por la complejidad de la puesta en escena como de los recursos narrativos, pero también por no ajustarse a los hechos históricos sino reinterpretarlos y generar un nuevo punto de vista de lo sucedido. No hay verosimilitud, como ocurre en la mayoría de las películas históricas. Tampoco se ocultan contra las contrariedades del relato, al contrario, las pone a la vista para adentrarse en el mundo onírico y de ensoñación que retrata.