Crítica de "Regresión", suspenso conocido de la mano de Alejandro Amenábar

Regresión (Regression, 2015) es un oscuro policial de terror sobre unos crímenes acontecidos en los años ochenta (así anuncia una placa inicial sin especificar casos ni lugar donde ocurrieron) relacionados al satanismo.

La película en la que actúan Ethan Hawke y Emma Watson, contrasta la racionalidad de la lógica policial con la mística de las sectas satánicas. Pero no siempre está bien articulada, por tramos tenemos al inspector de policía que compone Hawke obsesionarse con el caso de la adolescente abusada (Watson) al punto de enloquecer, trazando puentes con otros films del género como Líbranos del mal (Deliver Us from Evil, 2014), Corazón satánico (Angel Heart, 1987) o La isla siniestra (Shutter island, 2010).

Por otro lado se desarrolla la trama policial de manera lineal/racional con la recopilación de datos para resolver el misterio. Ambas líneas de acción, trama y subtrama, mantienen cierto interés sobre el misterio planteado y con eso se conforma la película.

Tras el fracaso comercial que resultó Agora, el director que supo ser producido por Tom Cruise en Los otros (The Others, 2001), oscarizable en Mar adentro (2004), y por ende con un techo todavía muy alto para explotar, regresa con Regresión a sus fuentes, dando una especie de paso hacia atrás en su carrera para reafirmarse en lo que mejor sabe hacer: la consrucción de un suspenso macabro con componentes irracionales, buscando así recuperar su prestigio en Hollywood.

El resultado es un film apenas correcto, sin riesgos formales o temáticos, que se alínea con la oleada de terror contemporáneo “basado en hechos reales”.