Poca sazón

Buscando a Gastón

Buscando a Gastón (2014), película peruana dirigida por Patricia Pérez que se exhibe en el 17 BAFICI, es un documental publicitario que solo se dedica a seguir y ensalzar la figura de Gastón Acurio sin ningún ápice de inteligencia cinematográfica, solo apelando a las poderosas imágenes de la comida y restaurantes al mejor estilo televisivo, con intención de impactar y jamás lograr ningún golpe de gracia sentimental.

Buscando a Gastón
Sin duda el film tiene toda la organización de un documental de investigación, de tarea de estudiante bien hecho pero poco a poco se vuelve repetitivo y clásico, cayendo en las frases clichés de lo que resulta la cocina peruana a partir de sus cambios sociales. Nada nuevo, quien escribe estas líneas es peruano y ha crecido con estas comidas y puede tomar esa distancia para decir que este film es llevado por un sentido de marketing y publicidad. La cámara y dirección en lugar de adueñarse de las imágenes y de todo el material, parece seguir sólo a Gastón por su vida. En lugar de volverse inteligente y jugar con los diferentes aspectos, se rinde ante la enorme e indomable figura política y culinaria del protagonista a quien se lo entrevista como un guru en blanco y negro alejado de la realidad. Un film armado y afilado para aprovechar todo el boom ultra conocido de la comida peruana sin la menor intención de generar ni un instante cinematográfico o, al menos, un producto que pueda existir por si mismo. Pues el cine se alimenta del cine, y también de la televisión y de todo lo visual por excelencia, no únicamente del instinto publicitario y sus postales.Una decepción pues este film resultaba interesante para mostrar y desmitificar a Gastón Acurio que tanto ha hecho por el Perú. En lugar de mostrarlo en su pedestal y canchero todo el tiempo. Su historia es fascinante pero aquí no importa, ni si quiera caricaturizar su figura tan conocida hoy como una estrella de rock. Nada de eso, acá solo sirve edulcorar su figura ya de por si engrandecida.Lamentablemente para el mundo, visualmente el Perú es un plato de comida, y determinadas figuras de las cuales no se sale. Lo peor es que el poder de sus imágenes culinarias obnubila la posibilidad de crítica alguna. Los peruanos se sienten orgullosos pero no se puede jugar a encasillarse. Los momentos más oportunos que en cine pueden ser inteligentes terminan enmascaradas por todo el barniz publicitario nuevamente. Ni que decir de la música final de este documental que es la misma de Perú Nebraska, publicidad-documental de éxito que se hizo unos años atrás.Poco que decir, con tan poco contenido. Uno puede detener el documental en cualquier momento y no se pierde nada. Que dure una hora más o diez minutos menos no le hacen ninguna diferencia. Las imágenes son bellas, los colores increíbles, las entrevistas hechas con una gran rigurosidad técnica, sin embargo muy poco aprovechado. Si se escarba se encuentra un documental perdido que juega en el montaje, cambiando formatos, haciendo videoclips, fotografías estáticas, sin un rumbo marcado o al menos entendible, y es que en su deambular sabe que hay una imagen más grande que está cubriendo todos sus errores y con ello se salva, y aun peor, parece conformarse.
3.0
Te puede interesar
Últimas noticias
MÁS VISTAS