La procesión va por dentro

Matar a un hombre

Cuando Jorge (Daniel Candia), se detiene por un instante a pensar en sí mismo, y dejarse llevar por una prostituta, con la que mantiene un instante de sexo rápido, sucio, malo e incómodo, es cuando la historia de Matar a un hombre (2014) de Alejandro Fernández Almendras cierra un ciclo más allá de su título.

Matar a un hombre
viernes 28 de noviembre de 2014
Porque, si bien se podría resumir su historia como la de una familia encabezada por el personaje de Candia, y que luego de sufrir un constante acoso por parte de un vecino apodado “el Kalule” (Daniel Antivilo) decide tomar una drástica decisión para cambiar su presente.Lo más interesante de la película es el trabajo sobre este personaje, y claro, la interpretación del Candia, que a través de mínimos gestos va conformando la cosmogenia totalizadora que lo invita a matar a un hombre en determinado momento del film.Por suerte el momento se hace esperar, porque uno podría hacer una especulación acerca de la inmediatez del hecho, pero no, Alejandro Fernández Almendras se toma su tiempo para principalmente poder armar el mapa de relaciones y las características de los personajes.Si Jorge es un apocado empleado forestal, diabético y que agacha la cabeza a cada paso e indicación que los demás le dan, el director, hábilmente, contrasta su personalidad con la de su mujer (Alejandra Yáñez), una peluquera que no se calla nada.Entre ambos todo se deteriorará cuando Jorgito (Ariel Mateluna) es herido por Kalule y a éste lo obligan a pasar un tiempo en prisión (541 días), período que la familia de Jorge ve totalmente injusto, principalmente con los antecedentes que poseía.El resto de los personajes también ayudan a sostener la acción en un film que con pocos diálogos, construye, desde el silencio, la estructura necesaria para solventar la tensa espera hacia el disparo.Jorge medita. Jorge padece la burocracia. Jorge choca con fiscales. Jorge quiere al Kalule lejos de su familia. Pero una situación con su hija desencadena la tragedia interna y moral que lo llevará a tomar la decisión de pensar sólo en él y los suyos.Jorge está sólo, a pesar de su familia, y justamente en esa soledad es en la que decide dejar de lado sus miedos y tomar justicia por mano propia y hace todo mal.Matar a un hombre no sólo es una reflexión sobre la ontología de la vida y los decisores de quién sí y quién no debe seguir viviendo, sino que profundiza, con largas escenas y una cámara que siempre está quieta y expectante (lo que no quiere decir que siempre esté en el mejor lugar), sobre ideas relacionadas con la inseguridad, la explotación laboral, la resistencia de ciertos discursos políticos a desaparecer y los resquicios de una dictadura que nunca quiere abandonar su lugar y así universaliza su relato.Film de tempo laxo, con la elipsis en el medio para poder hablar también de los cambios y transformaciones de los personajes, Matar a un hombre busca una explicación a un hecho real que fue tomado como uno más dentro del panorama sociocultural de Chile.
9.0
Te puede interesar
Últimas noticias
MÁS VISTAS