Ser travesti y marginal

La pasión de Verónica Videla

Ganadora del festival de cine venezolano por la diversidad, y mostrada en varios festivales de la temática, la película mendocina La pasión de Verónica Videla (2013), narra las peripecias de un travesti que lucha en un contexto adverso y hostil por su derecho a ingresar a la universidad para estudiar psicología.

La pasión de Verónica Videla
viernes 07 de noviembre de 2014
La ley 26.743 de identidad género de Argentina sancionada el 9 de mayo de 2012, permite que las personas trans (travestis, transexuales y transgéneros) sean inscriptas en sus documentos personales con el nombre y el sexo de elección. Antes, hace no mucho, la situación de estos individuos, sobre todo de aquellos que viven en condiciones de pobreza, era muy diferente.La pasión de Verónica Videla transcurre en estos años pasados, con la historia de Verónica (Mariana Arancibia), una travesti que quiere cumplir un sueño tan simple como el de cualquiera: ser psicóloga. Simplemente por su condición, es rechazada por la institución siendo desplazada a una permanente lucha por hacer respetar sus derechos ciudadanos. Sus amigos –una mujer que no puede ver a sus hijos y un muchacho que no puede acercarse a su novia- la acompañan y comparten su situación de ser estigmatizados socialmente.El film, ópera prima del realizador mendocino Cristian Pellegrini, tiene su punto fuerte al exponer el conflicto de manera frontal, sin vueltas y con la carga dramática evidente. Aquello que es una virtud también puede ser su defecto: la película muestra todas sus cartas y queda al desnudo en varios momentos, para bien y para mal. El relato clásico refuerza su tragedia cotidiana con melodías de guitarra y piano, recargando el dramatismo que el tema de por sí ya tiene. Es en este punto que resulta excesivo y camina por la cornisa del verosímil.Al condensar en una misma historia las sensaciones de opresión del protagonista, se pone en diálogos explícitos muchos de los pensamientos que circulan internamente. Por contraparte, pequeñas escenas dicen mayores cosas desde la sutilidad: la prostituta que toma mate con el policía familiarmente, mientras Verónica es enviada al calabozo por su condición.Los movimientos de cámara circulares envuelven a la protagonista en su angustia y aislamiento, con abundantes travelling y paneos, para recargar aún más el drama de Verónica. Pero recordemos que la historia transcurre en 2004, hace pocos años cuando ser trans y pobre en la Argentina, era una condena en sí misma y motivo de sufrimiento permanente. Ni tan lejos ni tan cerca, es un tema delicado de abordar inclusive hoy, que La pasión de Verónica Videla logra poner en discusión.
7.0
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