Dentro del fuego

El relato se centra en Romina Quevedo, una exitosa abogada adicta a las drogas que luego de ingerir una nueva variedad de "éxtasís" comienza a percibir una serie de extrañas situaciones que la harán llegar a cometer actos impensados. Dentro del fuego es una película donde hay más intenciones y ganas de hacer cine que recursos económicos, y eso se nota en todo lo técnico. Hecho que no se puede dejar de mencionar a pesar de estar justificado por la notoria falta de dinero. Hay algunas cuestiones en el montaje que hacen "ruido" y un tema de sonido mal resuelto. Sobre todo cuando hablan por teléfono. Pero más allá de estos problemas, Dentro del fuego es una película que crece a a medida que su metraje avanza y eso es producto de un guión que juega a despistar y a sorprender constantemente. Lo que en un principio pareciera ser real va generando muchas dudas y pocas certezas. La paranoia alucinógena que sufre la protagonista hace que se provoque un juego de mentiras y verdades que termina poniendo al espectador en un rol detectivesco no esperado.Mariano Oliveros filmó una película con más ganas que recursos y eso queda de manifiesto. Pero esa falta de recursos no se condijo con la falta de ideas, sino todo lo contrario. Dentro del fuego no será una gran película pero deja vislumbrar a un realizador con mucho más que ganas de jugar a ser director de cine.