Reflexiones de origen

Yvy maraey - Tierra sin mal

En Yvy maraey - Tierra sin mal (2013), el director boliviano Juan Carlos Valdivia (El último evangelio, Zona sur) realiza un viaje introspectivo por el sur de Bolivia junto a un indígena guaraní en busca de experiencias que sirvan de temática para su próximo proyecto cinematográfico. El film plantea una búsqueda existencial que reflexiona sobre el cine y la identidad cultural de un país.

Yvy maraey - Tierra sin mal
viernes 22 de noviembre de 2013
El director de cine es un karai, denominación de hombre blanco para los indígenas. Tras una idea filosófica y/o antropológica intenta realizar el mismo recorrido que un explorador sueco logró en 1910 para filmar las primeras imágenes sobre nativos salvajes. Tribus que en aquel entonces vivían alejados de cualquier contacto con la civilización. En una suerte de búsqueda de “primitivos en estado puro”, el karai se adentra en el trayecto al interior de las selvas bolivianas.¿Qué es el otro? ¿Qué significa representarlo cinematográficamente? “El cine es un arma de destrucción masiva”, dice el director en una de sus tantas reflexiones. Yvy maraey - Tierra sin mal plantea este dilema existencial y propondrá un viaje iniciático para el hombre blanco que lo hará confrontar con sus percepciones, conocimientos e ideas preestablecidas con respecto al otro. Como una especie de ensayo acerca de la otredad, el director protagonista irá transformándose así mismo en su contacto con el otro.El otro son los grupos indígenas. Aquellos que lejos de tener rasgos europeos, marcan su territorio con experiencias “reales”, alejadas de todo análisis. Pero también el otro es ese imaginario que me define como persona, proyectado en los “salvajes” que conoció y retrató el explorador sueco en 1910. La fantasía acerca de la existencia de ese grupo de aborígenes, determina el nivel de evolución del karai y el guaraní. Su ausencia determinará la esencia de confrontación entre ambos paradigmas culturales, que se definen unos contra otros. Los salvajes en estado puro no existen, dato que implica años de dialéctica amo – esclavo reproducida inconscientemente por los protagonistas.“Dentro del vehículo mando yo, por fuera mandás vos” resuelven los compañeros de ruta, mostrando la violenta dinámica de poder ejercida entre sus culturas casi por inercia. Reflexiones que propone Yvy maraey - Tierra sin mal de manera filosófica, con preguntas más que con respuestas, abriendo vertientes irresolutas sobre el ser y su lugar en el mundo. Un film de aprendizaje para prestarse y dejarse llevar por los caminos que surjan, transformando la percepción del otro y con ella la propia.
7.0
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