Un western zombie

Todos mis muertos

En la amplia gama de la hibridación genérica, se inscribe Todos mis muertos (2012) de Mad Crampi, un western zombie. Pero dicho cruce de géneros necesita un manejo claro y preciso de los distintos registros -parodiados- no muy bien trabajados en esta oportunidad.

Todos mis muertos
sábado 24 de noviembre de 2012
Lucas Torelli llega a un pueblo acechado por los zombies llamado Villalobos. En él, el protagonista intentará quedarse con un botín oculto en el cementerio, cuyo mapa conserva muy bien escondido. Pero antes tendrá que lidiar tanto con los personajes “muertos” como con los “vivos”, en el amplio sentido de la palabra, que habitan el lugar.La película cuenta con un indiscutible nivel técnico, donde la fotografía, producción de sonido y puesta de cámara son impecables. Sin embargo la estructura narrativa de la película no articula del todo los distintos géneros que atraviesa. Si hay varios registros co habitando el film el más claro es el western, o mejor, el Sphaguetti Western. En ese tono, Mad Crampi construirá su relato y auto parodiará sus estereotipos.Los zombies entran en escena a modo de metáfora en la historia. Su inclusión es para hablar de “muertos y vivos” que habitan el pueblo de Villalobos. Cuestión que explica el carácter inhumano del villano.Pero lo que no termina de funcionar en Todos mis muertos es la fluidez narrativa de la cual se desprende el humor. Las ideas a nivel argumental son buenas pero no llegan a dar el golpe eficaz de gracia pretendido. Y esto se debe al balance por momentos abrupto de los tonos genéricos coexistentes. El "terror zombie" está muy bien parodiado, mientras que el Sphaguetti Western tiene algunas innecesarias pretenciones que dañan el clima de entretenimiento liviano que el film nunca se debió abandonar.
4.0
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