Una vida mejor

Demián Bichir interpreta a Carlos Galindo, un mexicano que vive en los EE.UU. Abandonado por su esposa se dedicó a criar a un hijo adolescente mientras trabaja en la poda de jardines. Carlos quiere para su hijo todo lo que él no pudo tener, así que decide comprar una camioneta y apostar a una vida mejor (como lo indica el título) siendo su propio jefe. Pero no todo es color de rosa  y su nuevo (y único empleado) le robará el vehículo y también los sueños. Buscando al ladrón para recuperar el “sueño americano” se nos conducirá por un tour efectista sobre los problemas migratorios y las consecuencias de ser bueno pero no ser legal.Chris Weitz, que le puso la firma a Luna Nueva (New Moon, 2009), la peor de las secuelas de la Saga Crespúsculo, toma un tema muy en boga, que Alejandro González Iñárritu supo importar con una buena campaña de marketing a los EE.UU, para ofrecer un retrato sobre todas las vicisitudes que sufren los mexicanos que ven al gran país del norte como la única solución a sus problemas. A pesar de esto, el  principal problema de Una vida mejor no es el contenido sino la forma que el director eligió para mostrarla. Así apelará de manera constante al sentimentalismo y el clisé para remarcar el hacinamiento, la prostitución por un trabajo miserable, el pandillismo, la violencia, la discriminación y más.Una vida mejor funciona como un telefilm mediocre y sensacionalista realizado únicamente para lavar las culpas propias y ajenas. Con la única virtud de contar con la presencia de Demián Bichir, un actor con gran peso dramático y que hace creíble lo increíble. Excusa  perfecta para que Hollywood pudiera también lavar sus propias culpas y tenerlo entre los cinco aspirantes al Oscar a mejor actor, aunque estaba claro que no lo iba a ganar, ya que las culpas solo se lavan nominando pero nunca otorgando el premio.