Belleza americana

A tiro de piedra

Basada en el cuento El hombre que soñó de la obra oriental Las mil y una noches, Sebastián Hiriart hace su debut como director con la cinta A tiro de piedra (2010).

A tiro de piedra
miércoles 29 de junio de 2011
Con una fotografía sobresaliente, en manos del propio Hiriart -quien también funge como co-escritor y productor- A tiro de piedra presenta a Jacinto Medina, un joven de 21 años que pasa los días cuidando ganado en un rancho de San Luis Potosí, propiedad de su tío. Por azares del destino, un día encuentra un llavero al lado de la carretera. En él hay una dirección de Oregon, EUA, señal divina o pivote que lo lleva a emprender un viaje de varios miles de kilómetros rumbo a la frontera norte.  Hiriart construye una road movie cuyo mayor acierto es su personaje principal. Jacinto (Gabino Rodríguez, Perpetuum Mobile, 2009) exterioriza casi sin palabras sus deseos en el intento por lograr una libertad que no conoce y que, por si fuera poco, le espera con momentos de dolor, soledad e incertidumbre.  Rodríguez posee un físico y un talento que lo hacen, sin duda, un personaje interesante en cada una de las cintas en las que ha participado. Tiene la facultad de mostrar los ires y venires de su mente sin voz y/o gestos sobre explicativos, a diferencia de sus compañeros de reparto quienes carecen de naturalidad. El también director de teatro, colaboró con Hiriart en la escaleta del proyecto, ya que según palabras del mismo director no contaba con un guión a seguir de manera ortodoxa.  Con una narrativa elíptica que pretende dotar de sentido a la idea de que los viajes ilustran, al argumento le falta cohesión, ciertos hilos conductores permanecen inconclusos y resultan injustificados. Si bien el tema de la migración ilegal es de interés actual y podría aprovecharse ampliamente en la ficción, el asunto aquí se maneja de forma somera, visto desde la perspectiva de quien evidentemente no ha vivido la experiencia –“de mojado”- y tampoco la ha investigado a fondo.  Mérito aparte es la música a cargo de Emiliano González de León y Emiliano Motta, quienes hacen de las notas de la tuba, la trompeta y el trombón un sencillo pero eficaz acompañamiento en el recorrido de la historia, una línea poética a un tren en movimiento, como lo define su director, un tren que no siempre cumple la esperanza de una vida mejor en la Unión Americana. (Por Déborah Farjí Núñez)
6.0
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