La magia de Agüero

77 Doronship

 Los sueños sueños son pero en 77 Doronship (2009) parecen convertirse en realidad, o al menos esa parece ser la premisa de Pablo Agüero. Con una fuerte influencia lyncheana el director de Salamandra (2008) presenta su segunda película y sin duda aún más radical que su antecesora.

77 Doronship
miércoles 16 de marzo de 2011
Una mujer embarazada, un hombre que aparece de la nada y alguien que nunca va a regresar conforman el tríptico protagónico de una película que como un abanico va abriéndose en posibilidades de lecturas.Agüero trabaja el film con una estructura totalmente antilineal y fuera de los cánones convencionales. Dos mundos paralelos - o más- parecieran ser los que conforman este rompecabezas donde fantasía y realidad se entrecruzan de manera permanente y a la vez desconcertante.Con una fuerte apuesta sobre la plasticidad, el film va mostrándonos la angustia y desesperación de personajes border, pero convirtiendo cada fotograma en una imagen hiperrealista, esto es provocado por la estilización en cada encuadre, la saturación del color, y la utilización de la luz en la fotografía.La banda de sonido compuesta por el mismo Agüero y Sergio Dawi complementa una puesta despojada de diálogos innecesarios pero recategorizando las imágenes plasmadas de silencios.Pablo Agüero es una de las nuevas promesas del Nuevo Cine Argentino (o francés, ya que está radicado en Francia desde hace algunos años); al menos su forma de ver y hacer cine es radicalmente opuesta a todo lo visto hasta aquí, y eso ya es mérito para tener en cuenta.
6.0
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