Atrapados en el hielo

La historia transcurre en un hospital en las heladas tierras de Noruega. Allí es trasladada Jannickie (Ingrid Bolsø Berdal) en estado de shock luego de ser hallada en la nieve junto a varios cadáveres. Pero pronto se desatará la masacre en el hospital y ella se encontrará viviendo otra vez su peor pesadilla.Como buen cine clásico que es, el film se toma su tiempo para comenzar. El tiempo necesario para desarrollar personajes, conflictos y una atmósfera terrorífica que envuelva al espectador. Una vez inmersos en ese inseguro hospital la masacre se hace presente con el asesino serial más temible.Atrapados en el hielo sigue a rajatabla la fórmula del serial killer: un asesino con máscara y arma predilecta para las creativas formas de matar (utiliza una ganzúa de alpinista), una heroína de apariencia débil pero fuerte en carácter y decisión -desde Sigourney Weaver en Alien (1979) no se veía una así- y otros acontecimientos. El asesino sin piedad tiene fuerza sobrenatural y sobrevive a la muerte con facilidad. Hay un colaborador –en este caso colaboradora (Marthe Snorresdotter Rovik)- que ayuda a la protagonista, policías incrédulos, un ser indefenso al que salvar y por supuesto mucha pero mucha sangre.El impecable montaje mantiene en vilo el suspenso, los efectos sonoros provocarán más de un sobresalto y las vueltas del guión –bien desarrolladas- justificarán los desmadres violentos de la protagonista. En la línea de los grandes asesinos seriales con tintes sobrenaturales como Jason, Freddy, Mike Myers, este misterioso hombre de las nieves está a tono con la propuesta.Atrapados en el hielo se concibe así como un gran filme del género, de gran calidad técnica, que sorprende por su elaborada producción. Ya hay una tercera parte en camino de este monstruoso asesino difícil de matar…