Crítica de "Te creís la más linda...(Pero erís la más puta)": La eterna cadencia de Che Sandoval

Así como "Te creís la más linda...(Pero erís la más puta)" (2009) se convirtió en el film de culto chileno del año pasado estrenándose sólo en una sala del circuito alternativo, llega a Buenos Aires esperando conseguir un resultado similar. Ópera prima de Che Sandoval sobre un eterno adolescente que busca el amor perdido.

Crítica de "Te creís la más linda...(Pero erís la más puta)": La eterna cadencia de Che Sandoval
lunes 04 de octubre de 2010

Javier es un joven que parece estar estancado en la adolescencia. Cuando su novia lo deja por su mejor amigo, él se siente desconcertado y decide emprender un viaje iniciático que lo llevará a recorrer la ciudad, reencontrarse con viejos amigos y conocer a una serie de personajes tan peculiares como simples. Lo sorprendente es que todo esto sucederá en tan solo una noche.

Siguiendo la estela de cineastas argentinos como Ezequiel Acuña (Nadar solo, 2003) o Martín Rejtman (Rapado, 1993), Sandoval construye una película minimalista centrada en esa extraña etapa de la vida en la que uno no es ni niño ni adulto, no es nada y a la vez es todo. Es una edad que habla de la negación al crecimiento, a la madurez y a asumir responsabilidades; una edad que refleja un infantilismo crónico, y eso es precisamente lo que Te creís la más linda...(Pero erís la más puta) retrata de manera honesta, con la mirada aguda de un director con un presente prometedor y un futuro brillante.

Narrada en tiempo real y dividida en cinco episodios, la película cuenta una historia que podría funcionar de manera independiente, ya que cada episodio se enfoca en un estado emocional o conflicto particular que, en conjunto, se articula como una novela. O bien, cada episodio podría ser visto como un cuento breve si trasladamos la narrativa a la literatura.

Con actuaciones realistas, totalmente desprovistas de artificios y estereotipos, Te creís la más linda...(Pero erís la más puta) nos muestra una forma diferente de interpretar a los personajes. Uno de los principales aciertos fue la elección de un elenco de actores no profesionales, libres de los hábitos y las convenciones teatrales que a menudo saturan el cine contemporáneo, lo que confiere a la película un naturalismo que rara vez se encuentra en la actualidad.

Con su ópera prima, Che Sandoval logró romper no solo barreras narrativas al contar una historia aparentemente simple pero con profundidad, sino también barreras comerciales al encontrar un circuito alternativo para exhibirla fuera de las grandes cadenas multinacionales. Este logro se debe en gran parte al enfoque en el naturalismo más puro a la hora de filmar una historia tan sencilla y cotidiana como la de cualquier adolescente que se niega a crecer y solo busca un poco de amor.

8.0
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