El último justo

Teo (Diego Martín) es un fotógrafo que ve amenazada su vida cuando descubre ser parte de un clan de 36 hombres justos que, según las profecías, posibilitan el equilibrio del bien sobre el mal en el planeta tierra. Asesinados los 35 restantes y con el mal acechándolo –comandado por “el hombre del puzzle” un soberbio Federico Luppi- deberá escapar por su vida pero a la vez resolver el enigma en cuestión.El thriller sobrenatural ha sido transitado con mucha frecuencia desde La profecía (The Omen, 1976) hasta La última puerta (The Ninth Gate, 1999). Varios fueron los ejemplos de estos relatos que tienen como eje central algún destino -relacionado con profecías milenarias- pautado para un personaje ajeno a estas creencias, que deberá salirse con las suyas en una suma determinada de tiempo.En este punto el género se emparenta con la estructura narrativa del fugitivo, ampliamente utilizada por Hitchcock en sus films menos renombrados como Los 39 escalones (The 39 Steps, 1935), Sabotaje (Saboteur, 1942) e Inocencia y juventud (Young and Innocent, 1937), entre otros. Este tipo de relatos tienen en común a un inocente huyendo por varios lugares sin poder confiar en nadie salvo una chica que lo acompañará -que aquí es Ana Claudia Talancón (Arráncame la vida)- debiendo resolver el conflicto antes de ser atrapado por la ley o los criminales.Como perla, el film español cuenta con la participación del norteamericano Brian Thompson, interpretando a uno de los matones enviados a asesinar a Teo. Brian posee un rostro extraño pero inolvidable para quien haya incursionado el cine de acción en los ochenta. Fue nada menos que el villano extremista que enfrentaba a un Sylvester Stallone en su mejor momento en Cobra (1985).El último justo, dirigida por Manuel Carballo, no es uno de los mejores exponentes del género pero su cuidada factura técnica e impecable banda sonora mantienen su atractivo y credibilidad discursiva a lo largo de su metraje, dando un entretenimiento digno y nada despreciable frente a ciertos ejemplos abominables provenientes del país del norte.